Ahora que llega el buen tiempo, no es raro que llegue a la clínica veterinaria algún perro con una espiga clavada, y en los casos complicados puede que esté alojada en el oído, causando una sintomatología característica que pone en alerta al cuidador: el ladeamiento de la cabeza.
En este artículo, queremos hablaros sobre el síndrome vestibular, ¿te suena? ¡No te lo pierdas!
En primer lugar, ¿qué es el sistema vestibular?
El sistema vestibular es el encargado del equilibrio y el sentido de la orientación en los animales, ¡y en nosotros! Es un sistema sensorial responsable de mantenernos orientados con respecto a la gravedad, y coordina los movimientos de ojos, cabeza, cuerpo y extremidades.
El sistema vestibular se aloja en el oído interno, y de él salen un conjunto de nervios que se dirigen al cerebelo, por lo que este sistema vestibular tiene una función estrechamente relacionada con esta parte del sistema nervioso central. Si alguna de las estructuras que forman todo el sistema vestibular tiene alguna alteración, aparece el síndrome vestibular, que es una alteración neurológica que puede tener un origen a nivel central o periférico, incluso en ocasiones puede no identificarse la causa.
En el síndrome vestibular periférico la causa habitual se encuentra en el oído interno, normalmente relacionada con la existencia de cuerpos extraños, como una espiga, un traumatismo, o una otitis que se haya complicado. Siempre es fundamental acudir al veterinario lo antes posible, para que realice una exploración completa del conducto auditivo y poder instaurar un tratamiento antes de que vaya a más. En los casos más complicados, pueden ser necesarias pruebas complementarias como radiografía, resonancia magnética, tomografía computarizada, etc para visualizar mejor las diferentes estructuras afectadas y poder solucionarlo, de manera quirúrgica en algunas ocasiones.
En el síndrome vestibular central existe una afectación a nivel del cerebro o del tronco encefálico, y pueden aparecer signos clínicos más graves como alteración de la consciencia, o letargia.
Signos clínicos más frecuentes
Si hay algo que relacionamos siempre con el síndrome vestibular es el ladeamiento de la cabeza, nos llama mucho la atención ver a nuestros animales con la cabeza torcida, y sin duda, es el motivo de consulta principal. Otros signos relacionados con este síndrome son la pérdida de equilibrio con mayor tendencia a caerse (ataxia vestibular), desorientación, marcha en círculos, nistagmo o movimientos involuntarios de los ojos, estrabismo posicional (posición anormal del globo ocular con respecto a la órbita), mareos, náuseas, babeo excesivo, vómitos, pérdida del apetito,…
Causas del síndrome vestibular
A nivel periférico, las causas más comunes se relacionan con el oído: infecciones crónicas de oído, infecciones recurrentes del oído interno y medio, la perforación del tímpano por excesivas limpiezas del conducto, incluso por utilizar utensilios como bastoncillos, por objetos extraños, etc. Igualmente, debemos hacer diagnóstico diferencial con neoplasias, pólipos, traumatismos, problemas de toxicidad por el uso de algún antibiótico a nivel auditivo, o podemos encontrarnos con una causa idiopática, como ocurre en animales mayores.
En la forma central puede haber una causa infecciosa, inflamatoria, neoplásica, hemorrágica, por traumatismo, incluso por algún accidente cerebrovascular.
Tratamiento del síndrome vestibular
Para poder instaurar un tratamiento, es fundamental conocer la causa. Por ejemplo, si sabemos que el problema se ha producido por una otitis, debemos comenzar a tratarla lo antes posible. Si sabemos que la causa es a nivel central, igualmente nuestro veterinario valorará posibles tratamientos. Sea el caso que sea, sin llegar a la causa, difícilmente se podrá tratar correctamente, así que es importante poder realizar todas las pruebas necesarias que nos orienten correctamente hacia el diagnóstico.
Igualmente, podemos ayudar a los animales a corregir problemas musculares, modificar la postura, estimular la coordinación, etc mediante la rehabilitación, así que si alguna vez tu mejor amigo presenta esta sintomatología, valora el que sea tratado por un veterinario rehabilitador.
¿Alguna vez has conocido algún animal con la cabeza ladeada? ¿Conocías la causa de esa postura? ¡Esperamos que tras leer esta información, no tengas dudas!
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