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¿Tu perro abre el cubo de la basura? ¡Puede ser peligroso!

Nuestros animales son curiosos, tienen instintos, y eso les lleva en ocasiones a querer investigar cosas que pueden ser peligrosas para ellos, como ocurre cuando deciden rebuscar en la basura. ¿Os ha pasado alguna vez que llegáis a casa y parece que el cubo de basura ha explotado? A nosotros sí, y la verdad es que lejos de poder molestarnos tener que recoger todo, la preocupación y problema importante viene si nuestro mejor amigo ha ingerido algo peligroso para él.

¿Por qué debemos evitar que nuestro perro acceda a la zona donde tenemos la basura? ¡Os lo contamos!

En primer lugar, ¿por qué los perros muestran interés por la basura?

Aunque a nosotros no nos parezca agradable, no podemos negar que de un cubo de basura emanan una sinfonía de olores que llaman la atención de nuestros perros.

Olisquear y encontrar ese rastro que les ha llamado la atención, es instintivo y natural, y si además se puede comer, ¡mejor que mejor! Rebuscar, masticar, comer, produce una sensación placentera para nuestros animales, y aunque a nosotros nos resulte desagradable, para un perro es una chuchería deliciosa.

Otro motivo por el que pueden entretenerse con la basura es el aburrimiento, o cuando nuestros animales presentan ansiedad. Muchas veces, nos vamos de casa y cuando llegamos es cuando nos encontramos que nuestro amigo ha estado entreteniéndose con la basura. Estando nosotros, pueden no mostrar nunca interés, pero al irnos ya sea por mero aburrimiento o por algo más grave como la ansiedad por separación, pueden haber decidido entretenerse o calmarse sacando todo de la basura, rompiendo el contenido, etc. Puede que ni se coman nada, pero ese nerviosismo les lleva a buscar un escape en rebuscar y romper eso que les llama la atención.

Posibles peligros que pueden encontrar en la basura

No hay duda de que dentro de un cubo de basura, los peligros que puede encontrar nuestro perro son muchos.

Por empezar con uno de ellos, los huesos cocinados llaman muchísimo su atención, y son realmente peligrosos. Estos huesos al estar cocinados, se han deshidratado y pueden astillarse, lo que hace que su ingesta pueda ser motivo de urgencia veterinaria. Pueden atragantarse con ellos, quedarse clavados en la boca u otras porciones del tracto digestivo, incluso producir desgarros, lo que desemboca en una cirugía prácticamente inmediata, incluso tristemente en ocasiones sus consecuencias son tan graves, que algunos animales fallecen.

Por otro lado, en la basura pueden encontrar alimentos tóxicos para ellos, como el chocolate, las uvas, el aguacate, o incluso plantas tóxicas que hayamos tirado como la flor de Pascua, narcisos, tulipanes, etc.

Además, pueden encontrar alimentos que aunque no sean tóxicos en un primer momento, sí pueden estar en mal estado o podridos, ya que pueden llevar varios días en la basura, con el riesgo microbiológico que ello conlleva.

Por otro lado, no solo tiramos alimentos, también objetos como trozos de algo que se haya roto: cristal, cerámica, metal, o envases de alimentos que pueden ser también muy peligrosos si se cortan con ellos, los ingieren, meten el hocico en una lata de conservas, etc.

Además, no debemos olvidar que también pueden terminar en la basura productos químicos, ya que desechamos los envases de limpiadores del hogar, ambientadores, etc y si muerden esos envases los restos del producto que queden, contactarán con su boca y algunos pueden ser realmente nocivos.

Seguro que si te pones a pensar, se te ocurren aún más cosas que pueden terminar en la basura y que podrían suponer un riesgo para nuestros mejores amigos, ¿a que sí?

¿Cómo podemos evitarlo?

Para que algo no suceda, no hay mejor prevención que evitar a toda costa que se pueda acceder a ello. Si tenemos la posibilidad de que los cubos de basura estén en una zona a la que nuestro perro no pueda acceder, mejor. Si no, debemos procurar que abrir el cubo no sea fácil, y por suerte a día de hoy existen en el mercado cubos de basura “a prueba de perros” que tienen mecanismos de apertura que normalmente evitan que nuestro amigo perruno pueda levantar la tapa y darse un festín.

Por supuesto, no debemos olvidar vigilar muy de cerca a nuestro amigo después de haber estado rebuscando en la basura, y ante la mínima sospecha de haber ingerido algo, debemos acudir rápidamente al veterinario. Incluso aunque no le notemos nada raro, no está de más hacerle alguna radiografía en busca de cuerpos extraños, ya que no siempre la sintomatología es evidente.

Cuéntanos, ¿alguna vez te ha sorprendido tu perro con “la fiesta de la basura”?

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