Cuando comenzó el año nadie podía imaginar que nuestras vidas cambiarían tanto, que tendríamos que parar nuestras rutinas, que dejaríamos de trabajar en algunos casos, que no podríamos visitar a nuestros seres queridos, que tristemente tendríamos que despedirnos de algunos de ellos para siempre,…
Hemos vivido una situación sin precedentes, que seguro que deja enseñanzas y fortalezas en cada uno de nosotros, y que, ojalá, sirvan para que cuidemos más de los demás, y valoremos todo lo que tenemos. Seguro que si reflexionas, te das cuenta de los momentos que muchas veces no has vivido con tus seres queridos por haber estado muy ocupado en el trabajo, cansado del estrés del día a día, etc y en estos tiempos en que por desgracia no hemos podido vernos y vivíamos en la incertidumbre, nos hemos arrepentido de no haber disfrutado de esos pequeños momentos cuando podíamos.
¡Pero no hay que ponerse tristes! Como decíamos, lo importante es la reflexión y el haber aprendido de que de un día para otro nuestra vida, y la de millones de personas más, puede cambiar, y que sin duda debemos querernos más entre nosotros y hacer de este mundo uno mejor mientras podamos. ¿Y quiénes siempre, siempre, están a nuestro lado para demostrarnos esas enseñanzas de vida? ¡Nuestros animales!
Como siempre, nuestros animales en concreto, y la naturaleza en general, nos han dado una lección durante los meses de la pandemia de la COVID-19, ¿qué hemos aprendido de ellos?
Su amistad es para siempre y en cualquier circunstancia
Si de alguien no nos ha faltado compañía y apoyo durante los meses más difíciles de este año, ha sido de nuestros animales: perros, gatos, conejos, etc que viven junto a nosotros y que se han adaptado perfectamente a pasar 24 horas al día junto a nosotros, y que ¡seguro que lo han agradecido un montón!
Ellos no han entendido nada de lo que pasaba, solo que no podían ver a sus amigos en el parque, que no había excursiones por la montaña, que no nos íbamos a trabajar y que estábamos siempre en casa,… ¡Qué raros han estado los humanos! Como sabemos, los animales no juzgan, así que ellos simplemente han aceptado esos cambios, y han disfrutado, como siempre, del tiempo junto a nosotros, ¡sin más! Para los animales solo existe el aquí y ahora, así que ¿por qué no disfrutarlo como siempre, sin más preocupaciones? ¡Esta es una gran lección de vida!
Son un gran apoyo emocional
No en todos los hogares viven varias personas, y han tenido la suerte de estar acompañadas durante el confinamiento. Algunas personas viven solas, para las que el aislamiento social ha podido convertirse en un reto, además acentuado por el miedo y la incertidumbre. Otras personas, por suerte, pese a no tener a sus familiares cerca, han tenido uno de los mejores apoyos y compañía posibles: el de sus animales.
Los que convivimos con animales les amamos, nos preocupamos por su bienestar, les consideramos un miembro más de nuestra familia, etc… pero ellos también nos regalan muchas cosas beneficiosas, sin esperar nada a cambio. Acariciarles nos calma, poder hablarles nos reconforta, su compañía nos hace tener menos miedo y ansiedad, tener que cuidarles nos hace sentir más útiles, etc. Todo ello, ha supuesto un enorme apoyo emocional a muchas personas durante el confinamiento y aislamiento social, y sin duda, en muchos casos ha reforzado el vínculo que nos une a nuestros animales.
La naturaleza necesitaba un respiro de la actividad humana
Somos más de 7000 millones de personas las que habitamos la Tierra, una gran cifra, ¿verdad? Todos estamos acostumbrados a no tener límites en nuestro movimiento, en nuestro ocio, a consumir todo lo que necesitamos, etc, pero ¿alguna vez has pensado cómo afectan nuestros hábitos diarios a la naturaleza?
No hay duda de que nuestra existencia tiene un gran impacto en el entorno, y por eso debemos ser conscientes de ello y minimizar dentro de lo posible esa huella, en ocasiones negativa, que dejamos en la naturaleza. A nivel de contaminación, simplemente el hecho de haber disminuido la utilización de nuestros coches durante varios meses, ha limpiado el aire de nuestras ciudades y aumentado su calidad, ¡lo que hacía mucha falta!
Además, el parón de movimientos a nivel mundial, no poder salir de casa y tener que detener totalmente algunos sectores, han ayudado a que animales que viven en libertad se hayan acercado más a las ciudades o puertos, disfrutando de la calma pasajera que les hemos proporcionado, y que en sus propios entornos naturales hayan podido estar más tranquilos sin nuestras excursiones o visitas turísticas. La naturaleza y animales necesitan un respiro de nuestra parte, ¡debemos respetarlos y cuidarlos más!
Seguro que a nivel individual, podrías contarnos más enseñanzas que los animales te han aportado durante estos meses, ¿verdad?
Esperamos que este año, aunque haya sido difícil, os haya regalado también muchos momentos bonitos, os haya dejado grandes enseñanzas, y por supuesto, sigáis luchando por lo que más os gusta. ¡A por el año que viene, con más ganas de seguir trabajando por los animales aún! ¡Y con mucha salud!
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