Los gatos son animales muy curiosos, y aunque la gente cree que controlan sus movimientos y es habitual escuchar frases como “lleva toda la vida asomándose, y nunca se ha caído”, los accidentes ocurren.
Si queremos lo mejor para nuestros gatos, no podemos arriesgarnos a que les suceda algo tan grave, siendo además evitable al cien por cien con unas simples medidas de protección. En el artículo de hoy os hablamos sobre los “gatos paracaidistas”, ¿no sabes lo que significa? ¡Sigue leyendo!
El síndrome del gato paracaidista.
Las personas no familiarizadas con los gatos se sorprenden cuando escuchan por primera vez el término de “gato paracaidista” o “gato volador”. Aunque parezca algo gracioso, no lo es en absoluto, ya que hace referencia a los gatos que acuden al veterinario con carácter urgente tras haberse caído desde una altura de más de 7 metros, lo que equivale aproximadamente a un segundo piso.
Aunque cualquier gato puede precipitarse, parece que es más común en gatos jóvenes e inexpertos, no castrados. Los gatos son conscientes de la altura y en ningún caso son ellos mismos los que deciden saltar al vacío, pero intentar cazar a una mosca o un pájaro, calcular mal un salto, un susto, una ráfaga fuerte de viento, incluso quedarse dormido, puede ser el desencadenante de que pierdan el equilibrio. Por mucho que nuestro gato no se haya caído en años, ese día puede llegar, así que nada es excusa para poner medidas para evitarlo.
“No pasa nada, los gatos siempre caen de pie”
Junto a muchos otros, este es uno de los mitos que acompañan a los gatos. No hay duda de que el gato es un animal ágil y flexible, que tiene la capacidad de enderezar la posición de su cuerpo para permitirle caer sobre sus cuatro patas. Pero aunque es capaz de desarrollar este mecanismo, no siempre le da tiempo a hacerlo. Al contrario de lo que se podría pensar, ante alturas más bajas, es más complicado que le dé tiempo a voltearse y adoptar la postura óptima para minimizar el impacto contra el suelo. Igualmente, para animales mayores o con problemas de movilidad, será muy difícil caer bien, y podrán sufrir lesiones más o menos graves.
Caídas superiores a un quinto piso suelen ser muy graves o mortales. Existen gatos “todo terreno” que apenas han tenido lesiones tras haberse precipitado desde altas alturas, pero no es lo habitual.
¿Cómo actuar si vemos a nuestro gato a punto de caerse o ya se ha caído?
Todos podemos tener un despiste: sin darnos cuenta hemos dejado una ventana abierta y vemos a nuestro gato en el alféizar. La reacción normal es que nos de un microinfarto al corazón y correr a cogerle, pero… podemos conseguir lo contrario a lo que esperamos. En nuestro deseo de correr a salvarle, podemos asustarle y que se caiga, así que lo mejor es actuar con tranquilidad, buscar esa chuche o latita que tanto le gusta, y hacer que vuelva a entrar en casa por sus propios medios.
Si por el contrario ocurre la caída, debemos bajar corriendo a por nuestro amigo. Aunque puedan estar malheridos, los gatos tienden a esconderse, así que si no le ves justo debajo de tu ventana, busca por la zona: quizás te esté esperando debajo de algún coche o en un jardín cercano. Queremos recordar que la identificación con microchip es obligatoria en los gatos, la excusa de “mi gato no lo necesita porque nunca sale de casa” no es válida, ante un accidente como este, es fundamental que el gato esté identificado. Quizás no estás en casa cuando tu gato se cae y lo encuentra alguien que pasaba por allí, sin microchip no podrán localizarte.
Tanto si tiene lesiones aparentes como si no, debes acudir rápidamente a la clínica veterinaria. Con la caída, pueden hacerse daño en algún órgano interno y que no lo aprecies a simple vista, así que es esencial que un veterinario valore el estado de salud de nuestro gato.
¿Cómo evitar que mi gato se caiga?
Como protectores de nuestros gatos, debemos evitar cualquier zona de peligro para nuestro mejor amigo, protegiendo ventanas, terrazas, balcones y espacios altos desde los que podría caer.
Existen mosquiteras, mallas y redes de varios tipos, que podemos adaptar a nuestras necesidades. Hay mosquiteras que son muy débiles y los gatos pueden romperlas con sus uñas, así que lo mejor es utilizar materiales resistentes, que no puedan romper, empujar o arrancar.
Además, que nuestro animal esté castrado hará que su instinto por salir al exterior disminuya, y si en casa enriquecemos su ambiente, tendrá menos ganas de “curiosear” lo que hay fuera.
Viene el buen tiempo y nos gusta abrir las ventanas, pero recuerda… ¡siempre tienen que estar bien protegidas para que nuestros gatos estén seguros!
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