fbpx
¿Sabes cómo limpiar las patitas de tu perro al volver de la calle?

Fórmate con los mejores profesiones veterinarios

Al igual que en las suelas de nuestros zapatos va quedando adherida suciedad y patógenos, y optamos por descalzarnos al llegar a casa, en las almohadillas de nuestros perros también, pero ¡ellos no pueden entrar a casa sin ellas! La limpieza es aún más necesaria si se han manchado de barro, o de algo que hayan podido pisar, incluso en perros que tengan algún tipo de alergia ambiental, para reducir en parte la carga de alérgenos que se haya podido quedar durante las pisadas. Por eso, debemos procurar mantener sus patitas limpias, no solo ahora, si no que debemos integrar este hábito en nuestra rutina habitual de higiene de nuestro mejor amigo.

Con el miedo ante la pandemia actual, estamos leyendo noticias de perros con las patitas quemadas por el uso de lejía u otros productos no recomendados y dañinos para la piel, así que en este artículo queremos haceros unas recomendaciones en cuanto a la limpieza y desinfección de las extremidades de vuestros perros.

¿Cual es la mejor forma de limpiar las patitas?

Al igual que nosotros lavamos nuestras manos con agua y jabón, la forma más sencilla y económica para nuestros perros también es el lavado con agua y jabón de las almohadillas.

Para realizar el lavado, simplemente moja la piel de las almohadillas con agua, y coge jabón o el champú específico de tu mejor amigo. Ve frotando con el jabón sobre toda la superficie de las almohadillas y entre los dedos y uñas, para llegar así a cada rincón. Después retira el jabón con una toalla húmeda que luego puedas lavar, o con toallitas que venden específicamente para la limpieza de nuestros perros. Por último, seca bien las patitas, fijándote en cada espacio interdigital para no dejar humedad. Si se realiza un buen lavado con agua y jabón, no hace falta la utilización de soluciones antisépticas.

Gracias al jabón, la materia orgánica se va disgregando para favorecer su eliminación, y además elimina posibles agentes infecciosos. Gracias al agua, conseguimos un efecto mecánico de arrastre y eliminación de toda la suciedad.

Al terminar, debemos lavarnos muy bien nuestras manos, y por supuesto tener cuidado de no tocarnos la boca, ojos o nariz con las manos sucias.

Otras recomendaciones a tener en cuenta.

Para que esta rutina resulte más agradable para nuestro perro, la temperatura del agua debe de estar tibia. Aguas frías o calientes pueden generar rechazo, y ante todo queremos que nuestro mejor amigo se encuentre cómodo y disfrute en la medida de lo posible de este ratito de “spa”.

Otra cosa a tener en cuenta es la cantidad de pelo entre almohadillas. En perros de pelo largo, o que tengan mucho pelo en las patas, es preferible mantener recortado ese pelo para que arrastre la menor suciedad posible, y sea más difícil que quede enganchada una espiga, una garrapata, etc. Si nuestro perro no colabora demasiado, puede ser peligroso que nosotros mismos cortemos el pelo entre almohadillas, así que seguro que nuestro peluquero canino de confianza estará encantado de realizar este trabajo.

Por último, el tamaño y carácter de nuestros perros no siempre nos lo pone fácil, así que si no te apañas porque tu perro es muy grande, puedes pedir ayuda a algún otro miembro de la familia, o ir implementando esta limpieza poco a poco para que el perro se acostumbre, siempre positivizando la situación. Si resulta muy estresante, ¡no lo hagas! Quizás tengas que optar por una limpieza solo con toallitas, o preparar un barreño donde simplemente meta las patitas. ¡Adapta la limpieza a tu perro!

Con este hábito, podremos detectar fácilmente heridas o imperfecciones en las almohadillas.

Un punto positivo de esta rutina de higiene es que nos paramos a observar las extremidades de nuestro perro, esas que suelen pasar desapercibidas. Durante el paseo puede clavarse una piedrecita, una rama, una espiga, hacerse algún pequeño corte,… y este momento de limpieza puede servirnos para revisar bien las “manos” y “pies” de nuestro amigo.

Además, el calor y el frío pueden agrietar, incluso irritar o quemar las almohadillas. Si vemos que las almohadillas están muy secas y agrietadas, en el mercado podemos encontrar bálsamos hidratantes específicos que devolverán a las patitas su aspecto saludable y evitaremos posibles lesiones o molestias al caminar. Si tienes dudas sobre la gravedad de las lesiones que puedas encontrar, como siempre, ¡pregunta a tu veterinario!

Para terminar, queremos recordar en cuanto a la pandemia actual que las posibilidades de transmisión del virus a través de nuestros animales es muchísimo más baja que las posibilidades que tenemos al tocar el botón del ascensor, los pomos de las puertas, una estantería del supermercado, o cualquier otra superficie que haya sido tocada directamente por la mano contaminada tras toser o estornudar en ella de una persona con COVID-19.

Ya sabes, ¡cuida siempre la higiene de tu amigo perruno! Y disfrutad mucho de estas semanas juntos.

aquielvideo