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¿Qué información nos proporcionan las mucosas sobre la salud de perros y gatos?

En cualquier exploración general, debemos evaluar al animal en su totalidad: condición corporal, estado de piel y pelo, tamaño de los ganglios, presencia de lesiones externas,… y cómo no, no puede faltar echar un vistazo a las mucosas. En este artículo queremos enseñaros a detectar los estados patológicos de las mucosas, y así poder acudir rápidamente a la clínica veterinaria ante cualquier sospecha de enfermedad. ¡No te lo pierdas!

¿Qué son y cómo son las mucosas?

Cuando hablamos de mucosas nos referimos a los tejidos de transición entre la piel y el interior del cuerpo, por ejemplo la mucosa oral y las encías, que marcan el fin de la piel de los labios y el comienzo del tracto digestivo. Son zonas que están muy vascularizadas, por lo que gracias a ellas podemos hacernos una idea de la situación general de la circulación periférica del organismo.

La tonalidad normal y saludable de las mucosas es rosa brillante, y tienen que estar húmedas.

¿Qué mucosas son las que normalmente observamos?

Normalmente, la mucosa más explorada es la de los labios y encías. Simplemente levantando los belfos podemos observar rápidamente su color y detectar cualquier alteración. Es importante saber que en ocasiones, podemos encontrar zonas más oscuras en la mucosa, sin ningún significado patológico. Este es el caso de algunas razas de perros, como el Chow Chow, Akita Inu o Shar Pei, pero también mestizos y otras razas, que presentan pigmentación de color oscuro de forma natural en lengua, mucosa oral o encías.

Otra zona de mucosa que podemos examinar se encuentra en los ojos, concretamente en la cara interna de los párpados. Por último, podemos ayudarnos de la mucosa genital, tanto en machos como en hembras.

El tiempo de relleno capilar

Asociado a la exploración de las mucosas, existe una prueba muy sencilla gracias a la cual se puede valorar la circulación sanguínea: el tiempo de relleno capilar (TRC). Esta prueba consiste simplemente en presionar con un dedo la mucosa oral (normalmente la gingival) y ver cuánto tiempo tarda en recuperar el color. La zona donde se aprieta queda blanca, pero si vuelve a su tonalidad rosa normal en 1 o 2 segundos, sabremos que la sangre circula de manera correcta, en cambio si esa vuelta a la normalidad se prolongase en el tiempo, estaría indicando un problema circulatorio y habría que encontrar la causa.

Los cambios de coloración y su significado

En ocasiones, las mucosas de perros y gatos pueden variar ante ciertos estados patológicos, así que acostumbrarnos a explorarlas es fundamental.

Si las encías tienen un color rosa más pálido, o incluso llegan a estar blancas en su totalidad, puede indicar mala perfusión, deshidratación, anemia, hemorragias severas, o estado de shock.

Si están hiperémicas, es decir, de un color rojo intenso son indicativas de un aumento del riego sanguíneo o congestión, y se ve con frecuencia en el golpe de calor.

Las mucosas amarillentas o ictéricas indican problemas hepáticos o anemias hemolíticas. En gatos que de repente empiezan a comer menos o incluso no comer, la aparición de este color en las mucosas es indicativo de lipidosis hepática, así que la visita al veterinario debe ser urgente.

Si están azuladas o cianóticas indica falta de oxígeno en sangre: obstrucción de vías respiratorias, edema de pulmón, insuficiencias cardíacas graves, intoxicación, etc… En todos los casos, es una situación grave que compromete la vida de nuestro mejor amigo.

Como ves, las mucosas pueden indicarnos información muy valiosa sobre la salud de nuestros animales, ¿lo sabías? ¡Acostúmbrate a examinarlas!

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