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¿Qué comprueba el veterinario durante el examen físico de nuestros animales?

Ya sea la visita por una otitis, una cojera, la vacunación anual, o el primer chequeo de un cachorro, el veterinario hará uso de su conocimiento para revisar de forma completa a nuestro mejor amigo. En ocasiones, signos localizados pueden tener su origen en enfermedades sistémicas, así que… ¡no hay que dejar nada sin comprobar!

En este artículo queremos mostraros en qué consiste el examen físico que realizan los veterinarios a nuestros animales, así que ¡no te lo pierdas!

Lo primero, conversar con el responsable del animal.

Cuando nosotros vamos al médico, expresamos con palabras nuestro motivo de la visita, qué nos duele, qué sentimos,… pero los animales no pueden comunicarse con las personas de esa manera. Una buena exploración de su cuerpo puede ofrecernos muchas pistas, pero siempre se necesita una ayuda extra del responsable del animal.

Tras exponer el propietario del animal el motivo de la visita, el veterinario realizará preguntas relacionadas con la salud, comportamiento y bienestar global del animal para recopilar toda la información posible: ¿qué come? ¿ha tenido diarrea? ¿vómitos? ¿es un animal activo? ¿bebe más agua de lo habitual? ¿acude bien al arenero? ¿está más tranquilo que de costumbre? ¿muestra algún comportamiento agresivo de repente? Este “interrogatorio” se denomina anamnesis, y su realización aporta pistas de cara al diagnóstico.

El examen físico en sí.

Este examen del cuerpo de nuestros animales implica observar la apariencia general e ir explorando las diferentes zonas corporales de manera ordenada para no olvidar nada.

Solo con la primera impresión, el veterinario puede ver la condición corporal del animal: si está en su peso o le faltan o sobran kilos, el aspecto del pelaje: si parece sano y brillante, si tiene sequedad, caspa, zonas con menos pelo, también puede ver si un perro se mueve correctamente o no, y por supuesto no hay que olvidar observar el estado mental: si permanece en alerta, está decaído, etc.

Una vez que el animal está en la mesa de exploración, la observación del cuerpo es detallada. Cada profesional puede seguir un orden durante su realización, pero normalmente se empieza por la cabeza, y se va avanzando hacia atrás en el cuerpo.

Por tanto, el veterinario examinará detenidamente ojos, nariz, boca, oídos, revisará mucosas, el estado de hidratación, palpará los ganglios mandibulares, preescapulares y poplíteos, auscultará el corazón y el pulmón, palpará el abdomen, comprobará el estado de la piel y pelo, revisará las cuatro extremidades, la musculatura, los genitales,…

Más cosas que no pueden faltar son la toma del pulso en la arteria femoral, que discurre por la ingle, y la toma de temperatura vía rectal. No te asustes si tu perro o gato tiene 39 grados de temperatura, en ellos es normal, es a partir de 39,5 cuando debemos preocuparnos.

Como ves, la exploración es muy completa, recorriendo el cuerpo entero del animal. Si el veterinario detectara algo anómalo durante el examen físico, seguiría su protocolo realizando las pruebas complementarias que creyera convenientes, como una radiografía, ecografía, analítica sanguínea, urianálisis, pruebas de enfermedades infecciosas, etc.

Colabora con el profesional veterinario.

Aunque el equipo de una clínica veterinaria está capacitado para el manejo adecuado de nuestro animal, en ocasiones puede ser necesaria la ayuda del propietario para la sujección durante determinados procedimientos. Además, es importante que indiquemos el carácter del animal, si es miedoso, se incomoda con la manipulación de determinadas partes del cuerpo, etc, para así poder prever determinadas reacciones y que la consulta transcurra de la manera más tranquila y segura posible.

Durante la anamnesis, indica todos los datos que puedas, aunque creas que no son relevantes, ya que incluso los pequeños detalles pueden ser de gran utilidad para el veterinario.

La exploración física de nuestros animales es básica para la detección de enfermedades, y durante ella los veterinarios están poniendo en práctica multitud de conocimientos y experiencias aprendidos durante su formación y carrera profesional. Si nunca te has fijado, la próxima vez que acudas con tu compañero de vida a la clínica veterinaria, observa cómo el veterinario realiza el examen físico de tu animal, ¡puede que te sorprendas de la gran cantidad de información que se puede obtener durante la consulta!

Y recuerda, no hace falta que nuestro mejor amigo esté enfermo para acudir a la consulta veterinaria, las revisiones periódicas son la base del mantenimiento de la salud, la prevención y la detección temprana de posibles patologías.

Y tú, ¿cada cuánto acudes al veterinario con tu mejor amigo?

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