Todo comenzó en 1988 cuando compró la casa. En el exterior ya vivían dos gatitos ferales, pero la mala suerte hizo que uno de ellos falleciera atropellado, el otro también sufrió un accidente, y para salvarle tuvo que recibir cuidados dentro de casa, así que se terminó haciendo a la vida hogareña. Peter decidió adoptar dos gatos más y así llegaron Smokey, Vanilla, Poppyseed, Butter, Nutter, Coffeebean, Donut, Secret, Cheesecake, Chocolate, MiniBean, Climber, Mikan, Mango, Nugget, Smudge, Jupiter Jones, Blackbird, Cookie Monster, The Professor, Crumple y Rumple, todos rescatados de diversos albergues.
Como había visto a lo que estaban expuestos los gatos en la calle, decidió convertir su casa en un lugar seguro para sus gatos, pero sin que les faltaran estímulos, juegos y entretenimiento. Así, se puso manos a la obra con el diseño de todos los accesorios: escalones, espacios elevados, pasadizos entre habitaciones, plataformas en la pared, rampas, rascadores,… ¡una auténtica obra de arte!
¿Quieres conocer esta impresionante casa y a sus habitantes? ¡No te pierdas las fotografías y el vídeo a continuación!
Por desgracia, con tantos gatos que han pasado por su vida, Cohen también ha tenido que experimentar la enfermedad de algunos de ellos, y en concreto una de las más duras: la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF).
¿En qué consiste la Peritonitis Infecciosa Felina?
Esta enfermedad aparece cuando el virus Coronavirus muta y produce una sintomatología muy grave que desemboca en la muerte del gato en pocos días.
La mayoría de los gatos infectados por el Coronavirus permanecen sanos o presentan únicamente una enteritis leve, siendo un pequeño porcentaje los casos en los que se desarrolla la peritonitis, pudiendo ser el estrés un factor predisponente.
La transmisión del virus sigue la ruta oro-fecal, es decir, el coronavirus se elimina por las heces al medio ambiente y los gatos se infectan al ingerirlo cuando se acicalan o cuando comen. La mayor parte de gatos infectados excretan el virus en las heces durante un periodo de tiempo variable y luego dejan de hacerlo.
No hay un síntoma específico de esta enfermedad, pero como características iniciales de la PIF están la fiebre fluctuante, la pérdida de peso, anorexia y depresión.
Una vez se desarrolla la enfermedad, puede haber dos presentaciones: la forma exudativa (húmeda), caracterizada por ascitis, exudado torácico y/o pericárdico, y vasculitis; o la forma no exudativa (seca), caracterizada por lesiones granulomatosas en varios órganos.
Además, puede haber signos oculares como uveítis o hifema, y signos neurológicos como ataxia, hiperestesia, nistagmo, convulsiones, cambios de comportamiento y afecciones de los pares craneales.
El diagnóstico es difícil, ya que no hay ninguna prueba concreta para confirmarlo. Es una enfermedad fatal, y por desgracia los gatos mueren a los pocos días.
La investigación para encontrar una cura, continúa…
Dos de las gatas adoptadas de Cohen desarrollaron esta enfermedad. En su empeño por salvarlas, descubrió que en la Universidad de California-Davis estaban trabajando con un tratamiento experimental, y no dudó en intentarlo. Una de sus gatitas, Miss Bean, falleció, pero Smokey consiguió sobrevivir tras 11 meses de intensa lucha. Smokey es una gatita muy fuerte y afortunada, ya que solo son 7 los gatos que han sobrevivido a PIF en todo el mundo.
En honor a Miss Bean y a todos los gatitos que han sufrido esta enfermedad, Peter Cohen decidió crear ZenByCat, una organización sin ánimo de lucro que pretende recaudar fondos para la investigación de la cura de la PIF.
¿Qué te parece la iniciativa? ¡Ojalá en algún momento ningún gatito muera por la Peritonitis Infecciosa!
aquielvideo