No solo perros y gatos son grandes compañeros de vida, cada vez con más frecuencia, otras especies de mamíferos más pequeños, como los conejos, son habitantes de nuestros hogares.
Puesto que cada vez forman parte de más familias, queremos contaros algunos aspectos sobre ellos, importantes a tener en cuenta para garantizar su buena salud y bienestar. Siempre es necesario leer y estudiar sobre los animales que decidimos cuidar en casa, ya que no todos tienen las mismas necesidades. Los conejos, por ejemplo, tienen ciertas características que les hacen totalmente diferentes a perros y gatos, así que no podemos cuidarlos como tal, si no que debemos conocer qué necesita un conejo y nunca descuidar ningún aspecto.
¿Nos acompañas a hacer un breve repaso sobre algunos de los básicos que no debemos olvidar en el día a día junto a nuestros conejitos? ¡No te lo pierdas!
El conejo, animal herbívoro
A nivel alimentario, los conejos son totalmente diferentes a perros y gatos. Los conejos son cien por cien herbívoros, así que su alimentación base será el heno, además de verduras y hortalizas, sobre todo las de hoja verde, alguna fruta (con moderación), flores, raíces, y pienso.
De todos estos alimentos, el heno siempre debe estar a disposición, ya que constituye al menos el 70% de la ingesta diaria de alimento. Aporta fibra, ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo y además favorece el correcto desgaste a nivel dental. En los conejos hay un aspecto muy importante relacionado con su aparato digestivo, y es que tiene que estar siempre en funcionamiento, si dejan de comer, su digestivo se para, lo que puede ocasionar problemas muy graves y una atención veterinaria inmediata. ¡Recuerda que siempre deben tener una cantidad suficiente de heno a disposición! Y por supuesto, no debemos olvidar que necesitan acceso a agua fresca y limpia de manera contínua.
No es un roedor
Así es, los conejos no son roedores como los hamsters o las ratas, si no que pertenecen al orden de los lagomorfos. La diferencia principal entre ambos, es que los roedores presentan un par de incisivos superiores y un par inferiores, mientras que los lagomorfos tienen un total de seis incisivos, ya que tras el primer par de incisivos superiores, se aloja otro par más pequeño. Curioso, ¿verdad?
Cuidado con los dientes, ¡crecen sin parar!
Uno de los problemas veterinarios más frecuentes en esta especie, es el sobrecrecimiento de los incisivos, y es que los dientes nunca dejan de crecer, por lo que el consumo de heno es de vital importancia, para que a medida que los dientes crecen, se vayan limando por la acción mecánica de la masticación. Un conejo que no come suficiente heno, tarde o temprano desarrollará problemas a nivel bucodental, así que recuerda que es la base de su alimentación.
Muy sensibles al calor
En los conejos, su temperatura corporal se encuentra entre los valores de 38 y 39,6ºC, y en ellos, cualquier mínima variación de este rango, puede suponer una urgencia veterinaria. En la termorregulación de esta especie, sus orejas juegan un papel importante y es que en ellas se encuentra un gran sistema arteriovenoso, lo que mediante vasodilatación o vasoconstricción, modifica el intercambio de temperatura, según requiera el animal. No obstante, si la temperatura exterior es muy elevada, los mecanismos compensatorios no son tan eficientes como en otras especies, por lo que la vida del conejo se pone en riesgo.
Los conejos también necesitan ser vacunados
Aunque vivan en el interior de casa, los conejos también reciben vacunas como perros y gatos, en este caso las dos vacunas más importantes son las de la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica vírica. Si tienes un conejito y no ha pasado aún por revisión veterinaria, te recomendamos ponerte en contacto con alguna clínica especializada en animales exóticos de tu zona, y comenzar cuanto antes con las revisiones de salud correspondientes y la prevención de posibles enfermedades infecciosas.
Signos de alerta que no debes dejar pasar
Puesto que los conejos son animales sensibles, cualquier cambio en su comportamiento, debe ponernos en alerta. Algunas situaciones que requieren acudir a la clínica veterinaria de manera urgente son que no coma o beba en las últimas 6-12 horas, que no haga pis, no se mueva o esté apático, tenga dificultad para respirar y/o tenga mocos, los dientes estén más largos de lo normal, tenga la cabeza ladeada, convulsiones, o cualquier otro signo que nosotros detectemos como algo fuera lo habitual.
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