fbpx
Las otitis externas, mucho más que una afección de oídos

Fórmate con los mejores profesiones veterinarios

No siempre se les da la importancia que requieren por parte de los propietarios, muchas veces se escucha la frase “mi perro siempre ha tenido las orejas así”, dando por hecho que es algo normal, cuando en ningún caso lo es, y debemos encontrar la causa para tratarlo.

Muchas otitis suelen estar relacionadas con problemas dermatológicos generales y otro tipo de enfermedades sistémicas, por eso es tan importante hacer una buena exploración del animal.

¿Qué síntomas nos hacen sospechar de otitis externa?

Sacudidas de cabeza, mal olor, picor, secreciones, enrojecimiento de la oreja, incluso el ladeamiento de cabeza en casos más graves… son algunos de los síntomas que nos indican que nuestro perro está molesto con sus oídos. Siempre debemos estar atentos a cualquier comportamiento diferente de nuestro perro, y ante la mínima sospecha, acudir rápidamente al veterinario.

¿La raza de mi perro puede predisponer a que tenga otitis?

La anatomía de algunas razas predispone al padecimiento de otitis. Las orejas caídas del Cocker o el Basset Hound impiden una correcta ventilación, conductos auditivos con mucho pelo, como en el caso del Caniche o el Perro de Aguas, también juegan en contra de una correcta regeneración celular del oído y de la ventilación, y por último tenemos razas como el Shar Pei, que cuentan con una dermis más gruesa de lo normal, lo que hace que el conducto auditivo sea muchísimo más estrecho, incluso llegue a la obstrucción, provocando la patología auricular.

¿Cuáles son las causas?

Las causas primarias de las otitis pueden ser externas o internas. En cuanto a las externas, lo más frecuente son los objetos extraños, como espigas o ramas que pueden colarse en el conducto auditivo mientras paseamos por el campo, o diversos parásitos como Otodectes cynotis, Demodex, Sarcoptes, etc.

Además, existen diversas causas internas, propias del animal y que derivan de alguna otra enfermedad sistémica, por ello es tan importante nunca dejar pasar los problemas auriculares de nuestros mejores amigos.

La atopia es la principal causa no parasitaria de otitis, seguida de alergias alimentarias, defectos en la queratinización, enfermedades autoinmunes como el pénfigo foliáceo o la adenitis sebácea, endocrinopatías como el hipotiroidismo, vasculopatías, linfomas cutáneos,… Como ves, puede haber muchas causas detrás de una simple infección de oídos, ¿verdad?

Además, como en todos los procesos orgánicos, hay microorganismos que pueden aprovecharse de la situación, para proliferar y complicar el cuadro. Hablamos de bacterias y levaduras, como Malassezia, por ello siempre hay que realizar una citología y tricograma del conducto auditivo, así podremos acertar más en el tratamiento.

Como siempre, lo mejor es la prevención.

Mejor que tratar a nuestro perro, es cuidarle y protegerle para que no desarrolle otitis. Para ello, los controles auriculares frecuentes son nuestro gran aliado, además de revisar que no volvemos del paseo con algún objeto que pueda provocarle daños y secar bien el conducto auditivo después de los baños para que la humedad no ayude a crecer a los microorganismos. Además, nunca debemos introducir bastoncillos, ni ningún otro objeto en el conducto auditivo de nuestros perros, ya que podemos provocar irritaciones, inflamación, incluso llegar al tímpano y perforarlo, siendo una situación grave.

Como ves, la buena salud auricular es clave para el bienestar de nuestros compañeros perrunos, así que la prevención, junto a la observación de cualquier síntoma que nos alerte de que podría estar padeciendo alguna enfermedad sistémica, es fundamental para el bienestar y la felicidad de nuestro amigo, ¡y la nuestra!

aquielvideo