La tiña o dermatofitosis es una infección causada por un hongo que crece en las capas muertas superficiales de la piel, pelo y uñas, y los hongos que la producen se denominan dermatofitos. En el gato, el dermatofito más común es Microsporum canis, que puede afectar también a otras especies, incluyendo perros y humanos, lo que convierte a esta enfermedad en una zoonosis.
Si quieres saber más sobre esta infección tan habitual en gatitos de la calle, ¡no te pierdas este post!
Infectarse es fácil, pero su curación puede prolongarse en el tiempo.
Las infecciones por hongos son muy temidas en las colectividades: protectoras, centros de protección animal, residencias, criadores, etc. Una vez que un gato se contagia, es fácil que el resto de gatos en contacto directo o indirecto con él, también sufran infección, ya que se disemina mediante esporas muy resistentes en el medio ambiente.
Por suerte, los gatos adultos, sanos y con un sistema inmune competente no suelen infectarse, al contrario que los gatitos de pocas semanas o meses. Al ser ellos los más afectados, cuando más casos de dermatofitosis llegan a las clínicas veterinarias es durante primavera y verano. En esta época, la reproducción felina está en auge, y por tanto, muchos de esos gatitos recién nacidos en la calle se contagian al tener un sistema inmune aún muy débil. Para su curación completa, normalmente hacen falta varias semanas, incluso meses en los casos de dermatofitosis muy extendidas.
¿Qué síntomas pueden hacernos sospechar de dermatofitosis?
Un animal recién contagiado no muestra síntomas, si no que pueden pasar entre 2 y 4 semanas hasta que las lesiones comienzan a ser evidentes.
Los signos más habituales que nos hacen sospechar son la pérdida de pelo en zonas concretas o de manera generalizada, y costras y descamaciones de un color amarillento. Las zonas en las que suelen aparecer lesiones en primer lugar son las orejas, la cara y las patitas, pero rápidamente puede extenderse por todo el cuerpo
¿Cómo podemos diagnosticar la tiña?
Para el diagnóstico no nos sirve solo con la inspección clínica, ya que se puede confundir con otras enfermedades de la piel, incluso podemos no detectar nada a simple vista. Una de las herramientas que pueden orientarnos hacia el diagnóstico es la lámpara ultravioleta de Wood. Este aparato debe usarse en oscuridad, y nos permite ver, gracias a la luz ultravioleta, los folículos pilosos invadidos por los dermatofitos al brillar con un color amarillo verdoso intenso. Esta fluorescencia se debe a los metabolitos de triptófano que producen algunas especies de dermatofitos como Microsporum canis, pero otras especies pueden no producir fluorescencia, por lo que un resultado negativo a la lámpara de Wood no tiene por qué descartar una infección por dermatofitos.
Para asegurar el diagnóstico, debemos apoyarnos de otras pruebas como el examen microscópico de los pelos que emitan fluorescencia a la lámpara, o de los que creamos sospechosos, y del cultivo fúngico, siendo este el método más fiable.
El tratamiento, combinación entre tópico y sistémico.
Para controlar la infección es necesario el uso de productos antifúngicos en el animal enfermo, y además es fundamental para evitar la diseminación ambiental. El pelo infectado cubierto por esporas puede diseminarse y permanecer durante meses activo si las condiciones de temperatura y humedad son las adecuadas, lo que puede infectar a otros animales o personas.
El principal producto para tratar la tiña en los gatos es el itraconazol en jarabe. Este producto se administra durante 3 semanas, separadas entre sí de semanas de descanso entre cada tratamiento. Por otro lado, la terapia tópica juega un papel importante para reducir la contaminación ambiental, pero este tratamiento se utiliza más en gatitos pequeños, ya que bañar a un gato adulto puede ser muy complicado y estresante para él. El producto normalmente utilizado para el tratamiento tópico es un champú que contiene clorhexidina y miconazol, el cual se aplica normalmente dos veces por semana.
¿Cómo podemos prevenir la tiña?
Como hemos comentado, los gatitos y animales debilitados son los que tienen mayor riesgo de padecer la infección, pero la dermatofitosis puede aparecer en cualquier momento de la vida de nuestros gatos. Especialmente si nuestro gato tiene acceso al exterior, el contacto con animales infectados o con un ambiente contaminado supone un mayor riesgo de infección.
Si nuestro amigo gatuno tiene tiña, además del tratamiento, es fundamental la descontaminación del ambiente mediante una limpieza y desinfección periódica. Para reducir la cantidad de pelos y esporas, es importante realizar un aspirado frecuente del entorno, especialmente de camas, mantas, sofá, etc.
No suele ser grave, pero por su rápida diseminación, fácil contagio y largo tratamiento, la tiña es una enfermedad a evitar. ¿Alguna vez has tenido que tratar a tu mejor amigo por esta infección fúngica? ¡Cuéntanos!
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