La naturaleza nos regala paisajes maravillosos durante los meses más fríos: la caída de las hojas, ríos con bastante caudal, incluso en las zonas más altas podemos disfrutar de una buena capa de nieve. Así que, ¿por qué no te animas a salir a la montaña con tu perro este fin de semana? ¡Seguro que se pondrá super feliz! y a ti también te vendrá genial.
Aunque es un plan muy divertido, no podemos olvidarnos de que el paisaje de montaña en estos meses requiere de una protección específica, así que debemos tener en cuenta una serie de consideraciones de cara a proporcionar seguridad a nuestro mejor amigo.
Cuidado con las bajas temperaturas. Los perros tienen una protección natural frente al frío, su pelo, así que no debemos cortarlo en esta época. Si creemos que es insuficiente, sobre todo en perros pequeños y/o de pelo corto, podemos ponerles un abriguito, siendo ideal que sea impermeable pero a la vez que tenga un forro por dentro para mantener su calor corporal. Con lluvia o nieve, es importante evitar las pérdidas de calor, ya que además del frío hay mucha humedad, y nuestros perros pueden ser aún más propensos a sufrir hipotermia.
Protección de las almohadillas. Ante suelos con hielo o nieve debemos proteger las patitas de nuestros perros. Las almohadillas son muy sensibles, así que existen en el mercado productos específicos para su hidratación y protección frente a temperaturas extremas. Podemos preguntar en nuestro veterinario o en tiendas especializadas y seguro que nos proporcionan el producto que necesitamos. Además, es habitual que la nieve se vaya haciendo bolitas alrededor del pelaje de las patas del perro, por lo que recortar bien el pelo entre almohadillas y parte más distal de las extremidades puede ayudar a impedir su formación. Si se forman, resulta bastante doloroso, así que no debemos tirar de ellas para quitarlas, sino esperar a que se vayan derritiendo. Por otro lado, en el mercado también podemos encontrar botitas que protegen las extremidades de nuestros perros, pero no todos los animales se sienten cómodos con ellas. Podemos hacer un trabajo de habituación a ellas en casa, a ratitos, e ir preparando a nuestro perro para cuando tenga que usarlas en la nieve. Si vemos que no las tolera en ningún caso, debemos respetarle y no forzarle, ya que lo primordial siempre es su bienestar.
Quemaduras por el sol. No hace falta que sea verano para quemarnos con el sol, así que sobre todo en el caso de perros blancos, hay que proteger las zonas más expuestas como la nariz o la punta de las orejas con protector solar. Al igual que con el protector de almohadillas, puedes preguntar a tu veterinario para que te aconseje.
Evita la ingesta de nieve. La nieve resulta muy divertida, correr por ella y revolcarse es de los mejores momentos de los que podrá disfrutar tu perro. El problema llega cuando tiene tendencia a ingerirla, ya que puede producir alteraciones digestivas, además de que al estar tan fría, hace que el organismo tenga una bajada brusca de su temperatura, y eso puede ser muy peligroso para su salud.
No pierdas a tu perro de vista. Seguro que disfrutar de un ratito sin correa, correteando y olfateando el entorno libremente, es un momento de felicidad máxima para tu perro. Pero debemos estar siempre atentos para no perderle la pista. Existen chalecos reflectantes, incluso arneses y collares luminosos, que nos facilitarán localizar a nuestro mejor amigo más fácilmente. Por supuesto, nuestro perro debería estar identificado mediante microchip y si queremos que aún sea más fácil que nos localicen si se alejara demasiado, podemos añadir una plaquita identificativa con nuestros datos a su collar.
Botiquín básico, toallas y mantas. Siempre que viajemos no podemos olvidar preparar un botiquín básico de emergencia por si nuestro perro se hace un corte, se rompe una uña, o algún otro pequeño accidente que pueda ocurrir. De este botiquín os hablamos con más detalle en otro artículo anterior de nuestro blog, así que si queréis saber más, solo tenéis que ir a él y leerlo con detenimiento. Además del botiquín, no viene mal tener toallas y mantas preparadas para secar a nuestro perro después de este día tan divertido en el río o la nieve.
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Cuando lleguemos a casa, toca revisión y limpieza. El día termina con un baño templadito para entrar de nuevo en calor y limpiar restos de nieve, barro, o cualquier suciedad que se haya quedado adherida al pelo. Debemos aprovechar este momento para inspeccionar bien las orejas, las almohadillas, piel, zona del vientre, etc. Así nos daremos cuenta de pequeñas heridas o quemaduras que hayan podido ocurrir durante este fascinante día.
Ya sabéis qué precauciones debéis tener para los días de excursión a la montaña, y ahora qué, ¿os animáis a pasar un día divertidísimo junto a vuestros compañeros perrunos?