Como sabes, el riñón es un órgano par, estando los riñones derecho e izquierdo localizados en la zona de las primeras vértebras lumbares de perros y gatos. La unidad estructural y funcional del riñón se llama nefrona y está formada por capilares microscópicos, fundamentales para que el órgano desarrolle correctamente sus funciones.
Por un lado, el riñón desempeña una función endocrina, sintetizando hormonas como la eritropoyetina, o participando en el metabolismo de la vitamina D. Otra función es la reguladora, siendo responsable del mantenimiento del equilibrio hídrico, electrolítico y ácido-base del organismo. Por último, realiza una función excretora, eliminando los productos de desecho del metabolismo mediante la formación de la orina.
¿Qué debe producirse para que exista una insuficiencia renal?
Para que exista una incapacidad funcional a nivel renal, debe existir un fallo de al menos dos tercios del total de nefronas existentes. La causa no siempre es conocida, pero para que la insuficiencia se produzca, debe existir daño de gran parte del tejido renal, lo que impide que el riñón cumpla adecuadamente su función de filtrado de la sangre y la eliminación de sustancias de desecho y tóxicas.
Posibles signos clínicos de la enfermedad renal
En un animal con insuficiencia renal podemos observar diferentes signos clínicos: aumento de la ingesta de agua, aumento de la micción, pérdida de peso, anorexia, deshidratación, vómitos, úlceras orales, halitosis, anemia, letargia, hipertensión arterial,…
Como ves, estos síntomas también aparecen en otras patologías, así que la única forma segura de acercarnos al diagnóstico definitivo es mediante pruebas como la analítica sanguínea, o de orina. Analíticamente, los parámetros que se relacionan con la funcionalidad renal son la urea y la creatinina, ya que su presencia en sangre está directamente relacionada con la intensidad de filtración en los glomérulos renales, y a nivel de electrolitos, debemos fijarnos en el potasio, sodio, calcio y fósforo. Además, pruebas complementarias como la radiografía o la ecografía abdominal ayudarán en el diagnóstico.
Insuficiencia renal aguda
Se caracteriza porque existe deterioro y pérdida muy rápida de las funciones renales, en horas o pocos días. La presentación clínica es aguda, y si se detecta y trata a tiempo, puede ser reversible. Algunas de las causas tienen que ver con el contacto con agentes tóxicos, como metales pesados, etilenglicol, herbicidas, o algunos antibióticos. Otra causa tiene relación con la obstrucción de vías urinarias y enfermedad del tracto urinario inferior en gatos. Por último, pueden existir causas que produzcan una isquemia renal, como hemorragia, deshidratación, o hipovolemia. Antes hemos mencionado la urea y la creatinina, y al acúmulo en sangre de estos productos se le conoce como azotemia. En la insuficiencia renal aguda, la azotemia puede tener un origen pre renal, post renal o renal propiamente dicho, y dependiendo del caso que sea, tendrá una causa diferente, y habrá que orientar el tratamiento sobre ello.
Insuficiencia renal crónica
Al contrario que el caso anterior, la insuficiencia renal crónica supone un deterioro lento y progresivo de la funcionalidad renal, de meses o años. En este caso es irreversible, y el tratamiento irá enfocado a mejorar la calidad de vida del animal, sin conseguir que los riñones vuelvan a recuperar su funcionalidad normal. La causa es una patología renal crónica y progresiva, que puede ser de origen congénito como en el caso del riñón poliquístico o la displasia renal, pero lo más frecuente es que sea por una nefropatía adquirida: glomerulonefritis crónica, pielonefritis, hidronefrosis, nefritis intersticial, o tumores renales. Según los niveles de creatinina, las insuficiencias renales crónicas se clasifican en 4 estadíos, haciendo diferente su tratamiento.
¿Cómo podemos tratar la insuficiencia renal?
La fluidoterapia siempre suele ser necesaria en primer lugar para ayudar a la función renal, y es importante manejar los desequilibrios a nivel electrolítico. Dependiendo del caso, será necesario uno u otro tratamiento farmacológico, que tendrá que acompañarse de control de la dieta y aumento de la ingesta de agua. Afortunadamente, con un diagnóstico temprano y un buen manejo de la enfermedad, se puede mejorar mucho la sintomatología y calidad de vida del animal.
Si hace tiempo que tu perro o gato no acude a la clínica veterinaria para un chequeo de salud, ¡te recomendamos que pidas cita en cuanto puedas! La insuficiencia renal puede no mostrar síntomas hasta estar muy avanzada, y es importante detectarla tempranamente para frenar su evolución en la medida de lo posible.
Cuéntanos, ¿qué tal tiene los riñones tu perro o gato?