Eutanasia. Tan sólo leer esta palabra puede provocar un nudo en nuestros estómagos. El propietario de una mascota tiene el poder de decidir sobre una cuestión tan difícil e incómoda como practicar la eutanasia a su mascota tras ser consciente que, prolongar la vida al animal, puede conllevar un sufrimiento innecesario.
La eutanasia, es una de las conversaciones más duras que el veterinario puede tener con sus clientes, y también de las más comunes. El personal de los centros veterinarios debe ayudar a determinar si la eutanasia es la mejor opción y a acompañarlos en su decisión.
Ofrecer toda la información
El trabajo de un veterinario es proporcionar información y orientación acerca de la condición del animal doméstico, y ofrecer las alternativas a tener en cuenta sobre la salud y estado de su mascota. Es muy importante para los clientes contar con un buen diagnóstico y entender todas las opciones de tratamiento, los costes asociados y la calidad de vida que podrá tener la mascota.
Eutanasia es una palabra de origen griego que significa “buena muerte”, muerte sin sufrimiento físico. Es recomendable que los dueños que tienen que enfrentarse a la eutanasia de su mascota tengan claro este concepto, ya que el miedo a que el animal sufra antes de morir es uno de los factores que más angustia a sus dueños.
Dar su tiempo
Decidir sacrificar un animal de compañía nunca es una decisión fácil y contar con el tiempo suficiente para que el propietario del animal pueda reflexionar, preguntar dudas y tener en cuenta todos los factores que afecten a la salud de su mascota, es del todo necesario.
Recuerda que la decisión no es del veterinario
El hecho de contar con toda la información disponible permitirá al dueño decidir por él mismo cual será la acción más apropiada para su animal de la compañía. A veces, los clientes lucharan por comprender la gravedad de la enfermedad de su mascota o los problemas de salud asociados a la avanzada edad. Incluso cuando la información sea muy clara, puede ser que escoja continuar esperando que éste mejore en lugar de optar por la eutanasia. La labor del profesional es acompañar al cliente en su elección y ofrecerle consejos para tomar la decisión correcta, pero sin ser responsables de su elección. Una elección que puede ser que difiera de lo que pensemos.
Cada dueño afrontará el proceso de eutanasia de una forma distinta. La mayoría de clientes optaran por quedarse en la sala con el animal, y otros preferirán no ser testimonios. Algunos clientes preferirán la intimidad mientras que otros querrán incluir a familia y amigos. Así mismo habrá quien necesite tomarse mucho tiempo para tomar la decisión.
Cualesquiera que sean los deseos del cliente, el veterinario deberá conocer las necesidades emocionales del mismos durante todo el proceso.
Una escala de calidad de vida puede ayudar
Facilitar al cliente una escala de calidad de vida con valores observables (dolor, higiene, movilidad, días más buenos que malos, etc.) puede ayudar al dueño a evaluar de una forma más objetiva cual es la condición del animal y la previsión de mejora si se realiza un tratamiento. Esta herramienta puede ser especialmente útil para aquellos clientes particularmente indecisos con practicar la eutanasia, incluso cuando la posibilidad de mejora del animal sea poco significativa.
El día llegó
Este es el momento en el que muchas personas permiten que la mascota sea “mala”. Es el día en que se les permite acciones prohibidas como subir a la cama o comer las sobras de la mesa. Algunos dueños les dedican más tiempo al paseo o a sus juegos preferidos. Para el que animal esté lo más cómodo posible, el veterinario en general aconsejará al cliente que no realice ningún cambio en los momentos previos de la eutanasia. Que no sea un día triste.
El profesional recomendará también esconder todo lo relacionado con la mascota (correa, juguetes, pienso, etc.) y cambiar las rutinas asociadas al animal.
Hay que tener en cuenta que uno de los momentos más tristes del proceso de la eutanasia es cuando se saca el collar del animal estando todavía despierto. Muchos animales de compañía asocian negativamente el momento de sacarles el collar. Déjaselo.
Acompáñale
Todos sabemos que la visita al veterinario atemoriza a muchos animales de compañía. No les gustan los ruidos y los olores ni el trato con personas desconocidas. El hecho de que el perro se sienta acompañado en sus últimos momentos es muy importante.
La compañía de su dueño le tranquiliza y aplaca sus temores. La mayoría de los clientes acompañan a su mascota en el proceso de la eutanasia pero no siempre es así. Especialmente en esas ocasiones, la labor de ayudante técnico veterinario acontece necesaria ya que tiene la función de consolar y querer al animal cuando su propietario no puede estar a su lado.
Y si el cliente se queda, acompañarlo en el último adiós a su mascota le reconfortará.
Es lógico sentirse triste y llorar
Casi todos los clientes se disculpan cuando se les practica la eutanasia a sus mascotas. El veterinario les hablará y mostrará su respeto por la valentía y la preocupación. Llorar por un ser al que has querido durante muchos años es totalmente normal. Es lógico que la persona que ha perdido a su perro se sienta triste, deprimida e inapetente. Estas sensaciones forman parte del duelo por la muerte de un ser querido.
Como explicar la muerte de la mascota a un niño
Si hablar de la muerte de un ser querido entre adultos ya es incómodo, hacerlo con un niño resulta aún más difícil.
Cuanto más pequeño sea el niño menos entenderá lo sucedido. Así pues, será necesario adaptar el discurso para la edad, intentando suavizar un poco las cosas y endulzar el final del animal pero sin mentir en ningún momento. Pero si el niño es mayor de nueve o diez años y ya comprende lo qué es la muerte, no sería recomendable “endulzar” la realidad, ya que se le podríamos desorientar, cuando tampoco evitar el dolor por la pérdida. Desgraciadamente es una etapa que se debe pasar.
Aconsejar realizar un entierro simbólico puede ser una buena opción para que el niño entienda que su compañero no volverá y estará en un lugar mejor.
No reemplazar rápidamente la mascota fallecida
Algunas personas pueden creer que una nueva mascota puede ayudarles a recuperarse más rápidamente de su pérdida. Es importante que el dueño de la mascota elabore el duelo y la pérdida antes de intentar construir una relación con una nueva mascota. Una nueva mascota debe ser adquirida o adoptada cuando esté preparado para construir una nueva relación.
Es recomendable evitar que la nueva mascota se parezca a la anterior o darle el mismo nombre.
Cada eutanasia es distinta, y ninguna fácil, pero si ofreces a los clientes información abundante, les otorgas el tiempo que precisen y respetas cualquier decisión que tomen, el proceso será un poco más fácil.