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El parásito Toxocara en perros y gatos. ¿Sabes que también puede afectar a las personas?

En entradas anteriores del blog, os hemos ido contando información sobre algunos de ellos y en esta ocasión queremos enseñaros un parásito en concreto: el nematodo Toxocara. ¿Te suena? ¿Quieres saber de qué manera puede afectar a nuestros animales, y a nosotros? ¡Sigue leyendo!

¿Cuáles son las especies del género Toxocara que afectan a perros y gatos?

Este parásito es un nematodo intestinal, que se engloba dentro del orden de los ascáridos. Los nematodos son conocidos comúnmente como “gusanos o vermes redondos”. La especie que afecta a los perros se llama Toxocara canis, y es de tamaño grande, con adultos que pueden llegar a medir 15 centímetros de longitud, mientras que los adultos de Toxocara cati, que afecta a gatos, pueden llegar a medir 10 centímetros de longitud. Ambas especies pueden infectar a perros y gatos de todas las edades.

Ciclo biológico del parásito

Como en todas las especies parasitarias, es importante conocer cuál es su ciclo biológico para así saber de qué manera se infectan nuestros animales. En este caso, perros y gatos adquieren el parásito tras la ingesta de huevos embrionados de Toxocara que se encuentran en el medio ambiente, o a través de la ingesta de animales hospedadores, como roedores, o carne poco cocinada. Una vez los huevos del parásito están en el intestino del perro o gato, eclosionan liberando las larvas, que penetran en la pared intestinal y migran al pulmón. Cuando el animal tose, deglute las larvas, que de nuevo vuelven al intestino, y evolucionarán a adultos. Los huevos se eliminarán con las heces y podrán permanecer en el medio ambiente durante años, así que ¡no olvides recoger las heces de tu amigo! Sabemos que no debemos dejar en la calle las heces de nuestros perros, por convivencia, pero también por higiene y evitar la diseminación de posibles agentes infecciosos y parasitarios, disminuyendo el riesgo de que otros perros puedan infectarse. En el caso de los cachorros, la infección se produce a través de la placenta durante la gestación, o a través de la leche.

¿Qué podemos observar en los animales?

En animales adultos no siempre se observan signos clínicos, y puede que hasta que no se realice un análisis coprológico rutinario, no se evidencie la presencia del parásito.

En el caso de los cachorros, sí es más grave, ya que produce adelgazamiento, caquexia, abdomen atonelado, retraso en el crecimiento, diarrea con presencia de moco y/o sangre, incluso puede evidenciarse la salida de los parásitos a través del ano. Si el número de vermes es muy elevado, el cuadro se complica pudiendo provocar obstrucción intestinal, poniendo en riesgo la vida del cachorro.

Toxocara en personas

Este parásito es zoonótico, lo que quiere decir que también afecta a las personas, las cuales podemos infectarnos tras la ingestión accidental de huevos embrionados o de carne poco cocinada.

En las personas, se produce lo que se conoce como larva migrans: tras su ingestión, los huevos eclosionan en el intestino. Las larvas penetran en la pared intestinal, y migran a través del hígado, los pulmones, el sistema nervioso central, los ojos u otros tejidos. Tanto el daño directo que ocasiona el parásito en los tejidos, como la reacción inmunitaria que provocan, puede tener consecuencias para la salud de la persona infectada, siendo más grave en niños y en personas inmunocomprometidas. Para prevenir la infección, es importante lavar bien las frutas y verduras, cocinar bien la carne, evitar que los niños puedan llevarse las manos a la boca tras tocar el suelo, controlar las infecciones parasitarias de nuestros perros y gatos,… Con unas buenas medidas de higiene personal, de nuestros animales y del ambiente podemos reducir prácticamente la posibilidad de entrar en contacto con este parásito.

Prevención y tratamiento

En general, los cachorros deben desparasitarse a partir de las dos semanas de edad, cada 15 días hasta las 2 semanas después del destete y, a continuación, mensualmente hasta los 6 meses de edad. Además, es importante que la perra esté correctamente desparasitada con anterioridad a la gestación, durante, y a la vez que los cachorros reciban su primer tratamiento. El fármaco empleado más frecuentemente es fenbendazol.

En animales adultos, la pauta de administración de fármacos antihelmínticos dependerá del estilo de vida: si nuestro perro suele salir bastante a la naturaleza, y comer restos de animales o heces, sin duda habrá que tener más cuidado y reforzar su desparasitación. No obstante, nuestro veterinario será quien mejor pueda asesorarnos. Además, es recomendable realizar análisis coprológicos dos veces al año, para poder detectar o descartar la presencia de parásitos, y ajustar el protocolo según se necesite.

¿Conocías a este parásito? ¿Qué protocolo de desparasitación es el que tu veterinario ha pautado a tu compañero de vida? ¡Cuéntanos!

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