Dentro de estos últimos, existen varias especies de ácaros que darán lugar a diferentes tipos de sarnas, pero en este artículo queremos hablaros solo de la demodicosis canina o sarna demodécica. ¿Te suena? ¡Sigue leyendo!
Demodex canis, el agente causal
Dentro del género Demodex, existen varias especies de parásitos, siendo Demodex canis el que afecta a los perros y Demodex cati a los gatos, ya que son específicos de hospedador. Son parásitos alargados, de entre unos 0,25 – 0,3 mm de longitud, con 4 pares de patas muy cortas, que residen en los folículos pilosos y glándulas sebáceas de la piel. Estos parásitos no pueden sobrevivir fuera del animal.
Un hecho importante de los ácaros del género Demodex es que se consideran parásitos comensales de los perros, ya que se encuentran en un número reducido en su piel sin que presenten signos clínicos. Es cuando el animal ve su inmunidad comprometida por cualquier causa, que el parásito se multiplica de manera anormal y produce enfermedad.
La demodicosis canina afecta principalmente a los animales jóvenes. Los cachorros se contagian por contacto directo con su madre durante la lactación, de tal manera que las lesiones iniciales suelen aparecer en la región facial: labios, párpados, hocico y orejas, pero con el tiempo puede extenderse a la piel del resto del cuerpo.
¿Qué signos clínicos son sospechosos de demodicosis?
Existen dos formas de presentación de la enfermedad: local o generalizada.
La localizada suele presentarse en cachorros menores de 6 meses. Las lesiones son normalmente leves, apareciendo zonas sin pelo sobre todo en el hocico, alrededor de los ojos, en las comisuras de la boca, cabeza, orejas y en las extremidades anteriores. No suele producir picor, y en muchos casos las lesiones desaparecen de forma espontánea en unas semanas. No obstante, hay que vigilar y llevar un seguimiento de las lesiones para evitar que progrese a la forma generalizada. Como comentábamos, el desarrollo de esta enfermedad se ve influido por situaciones que comprometen el sistema inmune del animal, como la malnutrición, otras parasitosis, estrés, etc.
En cuanto a la demodicosis generalizada, puede presentarse tanto en animales jóvenes como en adultos. Normalmente comienza como un proceso localizado que se va extendiendo, y aparecen múltiples zonas sin pelo y descamación. En animales adultos, está relacionado con una enfermedad concomitante que debilita el sistema inmune, como enfermedades endocrinas, leishmaniosis, neoplasias, otras infecciones sistémicas, o por tratamientos prolongados con inmunosupresores. Además, en casos más graves, puede complicarse con infecciones bacterianas secundarias, y cursar con picor, mal olor y producir lesiones como pústulas, engrosamiento de la piel, etc.
¿Cómo se diagnostica y se trata?
Para buscar el ácaro en la piel de los animales, es necesario realizar un raspado cutáneo profundo de las zonas sin pelo, y observar al microscopio para intentar localizar el parásito en la muestra. El raspado hay que realizarlo en zonas diferentes, y puesto que el Demodex se aloja en los folículos pilosos, si se comprime un poco la zona, favorecemos la salida del ácaro del folículo. No solo podemos visualizar adultos, también huevos, larvas, o ninfas. Si predominan las formas larvarias o los huevos, el ciclo biológico del ácaro no está controlado, así que hay que intentar frenar esa reproducción.
En cuanto al tratamiento, en cachorros y perros jóvenes suele resolverse en unas semanas sin necesidad de ningún fármaco. En animales adultos, es fundamental realizar las pruebas necesarias que nos indiquen la presencia de enfermedades concomitantes, ya que si no tratamos estas primero, difícilmente mejorará el estado de salud general del animal.
La demodicosis generalizada necesitará un tratamiento más prolongado en el tiempo, incluyendo productos acaricidas, antibióticos si existen infecciones secundarias de la piel, baños, y tratamiento de cualquier enfermedad subyacente. Una vez instaurado el tratamiento, es necesario ir realizando raspados mensuales, hasta obtener un segundo raspado negativo. Como las recidivas son frecuentes, hay que mantener el tratamiento unas 4 semanas más tras ese segundo raspado negativo.
¿Conocías este tipo de sarna? ¿Cuáles más conoces? ¡Esperamos que te haya resultado útil esta información!
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