Si eres un amante de los gatos, ¡no puedes perderte este post!
Lo primero, crea su habitación segura.
Antes de que el gato llegue a casa, debemos de tener preparado el que será durante unos días su lugar seguro. Con esto nos referimos a colocar en una misma habitación todo aquello necesario para él: comedero, bebedero, arenero, juguetes, rascador, camita, etc. Todos estos elementos deberán estar alejados entre sí, especialmente el comedero y bebedero del arenero, para que el lugar de ingesta de alimento sea totalmente independiente del de eliminación.
Es importante también que hayamos comprobado la seguridad de esta estancia: que no haya posibilidad de fuga por una ventana, no haya cables o elementos que pueda morder o enredarse con ellos, no haya algún hueco peligroso donde pueda meterse, etc.
Cuando llegue el gato, esta habitación “de bienvenida” permanecerá cerrada con nuestro nuevo amigo dentro, así tendrá en poco espacio todo lo que necesita, e irá haciendo ese nuevo lugar suyo gracias al marcaje con feromonas. Además, podemos ayudarnos de los difusores de feromonas felinas, y colocar uno en esa habitación varios días antes de la llegada de nuestro gatito.
No tengas prisa en la interacción con él.
Cada gato tiene una personalidad y unas vivencias, por lo que debemos adaptar nuestro acercamiento en cada caso. Algunos animales son tan sociables y equilibrados que en pocas horas podremos verles relajados y cómodos, como si llevaran toda la vida con nosotros. En el lado contrario están los gatos miedosos, desconfiados. o que han vivido alguna experiencia negativa, los cuales pueden esconderse en nuestra presencia, y cuya adaptación será más lenta.
En todos los casos, cuando lleguemos a casa, debemos dirigirnos a la habitación segura con el gato dentro de su transportín, y cerrar la puerta una vez estemos en el interior de la habitación. El transportín lo dejaremos en el suelo o encima de la cama si hubiera, lo abriremos y nos alejaremos, para así dejar que el gato salga cuando quiera. La paciencia es nuestra compañera en este momento. Después de un cambio de lugar y un viaje, el gato está desubicado y nervioso, así que no debemos forzarle nunca a salir del transportín. Si ves que no se decide a salir, puedes marcharte de la habitación y volver más tarde, para darle tiempo a que se sienta seguro y quiera curiosear.
Una vez decida salir, irá recorriendo la habitación, olfateando, frotando su cuerpo contra muebles para dejar sus feromonas, visitará el arenero, se interesará por la comida, o incluso simplemente saldrá para esconderse en otro lugar. Todo este proceso dependerá de cada animal, y no debemos tener prisa. Si vemos a nuestro gatito curioso y receptivo, podemos ofrecerle un poco de comida húmeda o incitarle al juego, para así ir creando momentos positivos.
Su lenguaje corporal nos puede ayudar muchísimo para saber cómo se encuentra durante su adaptación: fíjate en sus orejas, su rabo, el conjunto de su cuerpo, etc. Si desconoces de qué forma un gato se comunica con nosotros gracias a su lenguaje corporal, te recomendamos que leas este artículo, ¡te será de gran ayuda!
Divide tu casa en 3 zonas.
Una vez que nuestro gato ya se sienta totalmente seguro, podemos abrir la habitación y dejarle la libertad de salir si quiere. Esta puerta estará siempre abierta, de tal manera que si se asusta, pueda volver a su lugar seguro siempre que lo desee. En el caso de que tuviéramos más animales en casa, habría que hacer una adaptación entre el nuevo y los que ya vivían en casa, que se haría de manera progresiva, por lo que no podríamos dejar a nuestro nuevo gatito recorrer libremente la casa hasta que la relación entre ellos fuera buena.
Una vez que el gato se mueva por casa libremente, recolocaremos sus cosas por toda la casa, haciendo una división virtual de los espacios: una zona estará destinada a la alimentación, otra al ocio y descanso, y una tercera al aseo. Las zonas de aseo y alimentación deben estar alejadas entre sí.
En la zona de alimentación procuraremos que comedero y bebedero estén separados, incluso podemos poner más de uno de cada. La zona de ocio también será nuestra zona de vida social, como el salón, y será el lugar donde colocar el rascador. El rascador debe tener una base grande, para que no se vuelque, y mejor si tiene varias plataformas y alturas, además de lugares donde esconderse. Las alturas les encantan, así que puedes redecorar la casa con estanterías a diferentes alturas para que tu nuevo compañero se divierta y elija dónde descansar. Por último, la zona de aseo debe estar apartada y ser tranquila, para que el gato pueda ir al arenero siempre que quiera sin que nadie le moleste.
No tengas prisa, respeta los tiempos que va marcando tu nuevo amigo, y ten en cuenta nuestros consejos. Ya verás que cuando menos te lo esperes, vuestra relación será perfecta y podréis disfrutar de vuestros momentos felices juntos.
Por supuesto, si quieres conocer más de nuestros amigos los gatos, te invitamos a realizar nuestro curso de etología felina. El mundo gatuno es apasionante, y en cuanto lo descubres, ¡te enamora para siempre!
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