Seguro que desde hace ya unas semanas, eres consciente de ello, ¿verdad? Pero por mucho que seamos conscientes del peligro de los parásitos para la salud de perros y gatos, podemos cometer errores a la hora de utilizar los productos antiparasitarios y no caer en la cuenta de ello, ¡es normal!
Así que por eso, en esta entrada del blog, queremos hacer una recopilación de los errores más frecuentes que cometemos a la hora de utilizar antiparasitarios. Si ya los conoces y los evitas, ¡perfecto! Si no, esperamos que te resulte de utilidad. De lo que no hay duda, es que evitar estos errores es importante para la salud de nuestros compañeros animales, así que ¡expande el mensaje!
No proteger frente a todos los parásitos de la zona
Es importante conocer que el lugar donde vivimos influye en la presencia de parásitos. No es lo mismo un entorno urbano que rural, o vivir en el norte o este de España. Por ello, debemos adecuar la protección antiparasitaria a lo que realmente nuestro perro o gato necesita, para lo que pedir consejo a nuestro veterinario es una muy buena opción.
Muchas veces utilizamos protecciones antiparasitarias básicas, que solo están indicadas para pulgas o garrapatas, pero nos olvidamos de que existen otros insectos que pueden ser perjudiciales, como los flebotomos o los mosquitos. Estos animales actúan como vectores de enfermedades graves como la leishmaniosis canina o la filariosis, y especialmente en zonas endémicas nunca podemos olvidar protegerlos frente a ellos.
En el caso de la leishmaniosis, prácticamente toda España es endémica, existiendo menor incidencia en el norte de la Península y en el archipiélago canario. En cambio, si hablamos de filariosis, existe una mayor incidencia en las regiones de Valencia, Islas Baleares, Andalucía, Aragón y las Islas Canarias. Esto significa que si vivimos en zonas de riesgo, o vamos a viajar a ellas, debemos informarnos sobre la mejor protección para los parásitos de ese área en concreto.
Olvidarnos de la siguiente dosis de producto
Ningún producto tiene efecto repelente para siempre. Unos tendrán más durabilidad y otros menos, pero ninguno asegura protección más allá de su intervalo de actuación. Muchas veces podemos encontrarnos con animales que llevan collar antiparasitario, el cual lleva sin renovarse dos años, u otros que a principio de primavera se les puso una pipeta y nunca más se repitió la administración del producto. El tiempo pasa muy rápido, y con las obligaciones del día a día podemos no darnos cuenta de que el producto antiparasitario que utilizamos venció hace semanas, ¡nos puede pasar a todos! Por eso, es de ayuda activar alarmas en el móvil que nos recuerden que a nuestro mejor amigo le vence la protección antiparasitaria, y debemos renovarla. Sobre todo si utilizamos pipetas de 3 o 4 semanas, es fácil que se nos olvide, así que activar un recordatorio será nuestro mejor aliado.
Creer que no hay parásitos el resto del año
Aunque es cierto que en invierno el riesgo de contacto con parásitos es menor, debemos saber que especialmente las pulgas pueden seguir en nuestro entorno cercano. Estos pequeños parásitos viven en las ciudades, incluso en rincones de nuestras casas y pueden ser muy difíciles de eliminar. Además, si nos gusta disfrutar de la naturaleza también en época de frío, igualmente nuestro amigo perruno tendrá que estar bien protegido frente al resto de parásitos más comunes.
No aplicar correctamente el producto o no permitir su absorción
Sobre todo a la hora de aplicar pipetas, podemos cometer el fallo de que el producto no contacte correctamente con la piel, por lo que su absorción y protección se verá disminuida. Perros y gatos tienen pelo, y es importante que cuando utilizamos productos en forma de pipeta, retiremos con nuestros dedos el pelo para dejar una zona de piel expuesta en la que aplicar el producto. Además, otro error que podemos cometer es el de bañar a nuestro amigo antes de que el producto se haya absorbido a través de la piel. Si tenemos que bañar a nuestro perro por cualquier motivo, debemos esperar al menos 48 horas tras la aplicación de la pipeta para hacerlo.
Aplicar productos para perros en gatos
Pese a que los fabricantes indican en los envases del producto la especie de destino, no es raro que lleguen a la clínica veterinaria animales, especialmente gatos, intoxicados por el uso incorrecto de productos antiparasitarios. A la hora de utilizarlos con mayor seguridad es fundamental que nos fijemos en el envase, prestando especial atención a la especie o especies para las que es seguro, el intervalo de pesos, y si puede resultar tóxico para alguna raza en concreto, por ejemplo los galgos son más sensibles a los inhibidores de la colinesterasa utilizados en algunos productos.
Como comentábamos, los gatos son los que con más frecuencia sufren intoxicación por el uso inadecuado de estos productos, debido normalmente a la utilización de productos para perros que contienen permetrinas. Estas sustancias insecticidas se usan con frecuencia para la prevención de la leishmaniosis o la filariosis en perros, en cambio para los gatos resultan tóxicas debido a que en ellos se produce una acumulación del producto al tener un metabolismo diferente. Los síntomas clínicos de la intoxicación pueden aparecer desde pocos minutos después a horas y podremos observar depresión, salivación, vómitos, tremor muscular, hiperexcitabilidad, convulsiones, ataxia, disnea, anorexia y en los casos más graves, muerte.
Nadie quiere poner en riesgo la vida de su mejor amigo, y estas intoxicaciones suelen deberse a un despiste de los cuidadores, pero si somos conscientes de que puede ocurrir, seguro que prestaremos más atención al leer el envase del producto a utilizar, ¿verdad?
¿Qué te ha parecido esta lista de posibles fallos a la hora de utilizar antiparasitarios? ¿Lo tenías ya en cuenta? ¡Esperamos que te haya resultado útil!
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