Cuando nunca hemos convivido con gatos ni conocemos apenas sobre ellos, es habitual que a la hora de adoptar, nos decantemos por solo uno, pero… al cabo del tiempo nuestro amigo puede que nos haga ver que necesita la compañía de otro de sus congéneres. Especialmente los gatos jóvenes, son muy activos y necesitan juego y estimulación contínua, pero difícilmente las personas podemos cubrir esa demanda en su totalidad. Por ello, pensar en la adopción de un segundo gato de edad y energía similar a la de nuestro compañero, suele ser una opción más que acertada. ¡Pero siempre de manera responsable!
¿Quieres saber qué comportamientos de nuestro gato pueden indicarnos que es el momento de darle un hermanito gatuno? ¡Te lo contamos!
Tirar cosas al suelo.
¿Quién no ha visto en alguna red social el típico vídeo de un gato mirando a la cámara fijamente, mientras se prepara para tirar al suelo un vaso, un jarrón, o lo que tenga a mano en ese momento? Este comportamiento no debemos tomarlo como algo gracioso, ya que es una señal de aburrimiento: está buscando la reacción en diferentes objetos con el fin de encontrar una respuesta para poder interactuar y jugar. Si nuestro amigo felino no tiene con qué o quién jugar en casa, irá probando hasta que encuentre algo divertido que lo entretenga. ¡Y tirar cosas al suelo parece ser bastante divertido!
Excesiva dependencia hacia la persona.
Si tu gato continuamente te persigue y maúlla para que le hagas caso, podría ser una señal de que necesita más interacción social. Una excesiva dependencia hacia la persona no es buena, ya que puede alterar el bienestar de nuestro compañero cuando estamos en el trabajo, nos vamos de vacaciones, etc, al quedarse solo.
Maullidos y actividad nocturnos.
Este problema podemos verlo sobre todo en gatos muy activos, que apenas tienen recursos ni estimulación en casa para entretenerse, pasan el día solos, y sus humanos apenas les dedican tiempo de juego y atención. Los típicos comportamientos de cazar los pies o las manos mientras dormimos, o las carreras por el pasillo de madrugada, surgen de la necesidad del gato de gastar toda esa energía acumulada, y combatir el aburrimiento.
Los gatos al fin y al cabo son animales nocturnos porque sus presas en la naturaleza son nocturnas, por lo que si durante el día ha estado solo y aburrido, y se ha dedicado a dormir, será por la noche cuando libere todo ese acúmulo de energía y actividad. Si nuestro gato demanda actividad, hay que dársela, y si crees que por tus circunstancias personales no puedes hacerlo… sí, quizás deberías plantearte adoptar otro compañero gatuno.
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Conductas agresivas.
La falta de actividad puede desembocar en comportamientos destructivos y/o agresivos. De nuevo, son los animales jóvenes e hiperactivos los que mayormente muestran en su comportamiento esa carencia de actividad, tensión y frustración.
Frecuentemente en gatos que han sido destetados demasiado pronto, que han crecido solos, sin otros gatos con los que practicar los juegos de caza, podemos ver comportamientos que, desde el desconocimiento, muchas personas tachan de agresividad. Cuando un gato desde muy temprana edad, no tiene relación con otros gatos, es bastante frecuente que no tenga autocontrol ni sea consciente de la intensidad de su mordida. En los juegos de caza que realizan los gatos entre sí, esto lo aprenden enseguida, pero crecer con humanos es distinto, ¿verdad?
Cuando un gato tiene falta de actividad y de estímulos, puede llevarle a tener comportamientos como mordernos los pies mientras caminamos, saltar a “atacar” nuestras piernas, incluso en un momento de excitación por juego, mordernos para después salir corriendo. Estas señales no debemos ignorarlas, si no darnos cuenta de las necesidades que tiene nuestro gato, y ayudarle. Y por supuesto, nuestro gato no es agresivo por ello.
Después de leer estos cuatro puntos, ¿crees que tu amigo felino podría necesitar un compañero de juegos? Si es así, te recomendamos ponerte en contacto con alguna protectora cercana y preguntar por aquellos gatitos con energía similar a la de tu gato y valorar cuál sería su compañero ideal.
Muy importante: No todos los gatos necesitan ni quieren compañía.
Los animales jóvenes es verdad que crecen mucho más equilibrados con compañía, pero otros que han estado toda su vida solos, en su edad adulta pueden no tener la necesidad de conocer a otro miembro de su especie: siempre hay que “escuchar” lo que nuestro gato nos dice a través de su comportamiento. Por ejemplo, si nuestro gato tiene ya 15 años, no sería conveniente introducir a un cachorro, ya que tienen energías totalmente diferentes, además de sus condiciones físicas, por lo que un cachorro podría estresar al gato mayor y agravar sus problemas de salud.
Por otro lado, no debemos olvidar que los gatos son animales muy territoriales, y la llegada de otro gato al hogar no suele gustarles, pero si quieren compañía y se realiza un buen protocolo de presentación entre ellos, es bastante probable que en poco tiempo se toleren y convivan perfectamente. ¡Nunca presentes dos gatos de golpe! Y en el caso de que necesites asesoramiento sobre la adaptación entre gatos, recuerda que puedes acudir a un veterinario etólogo para que te guíe durante el proceso.
¿Te ha resultado útil esta información para entender mejor a tu gato? ¡Cuéntanos!