En nuestro día a día como profesionales de la peluquería canina podemos encontrarnos animales que tengan problemas dermatológicos, y debemos ser capaces de reconocer los síntomas, incluso asociar algunos de ellos a la propia raza.
En cuanto al papel que juega la raza en determinadas enfermedades, hay que aclarar que han sido seleccionadas durante años para que tengan una apariencia concreta, un tamaño, un carácter, etc, y todo ello se ha llevado a cabo utilizando el cruce entre parientes cercanos, de tal manera que esto ha producido una disminución de la variabilidad genética, y por tanto, se crea un estándar de raza.
Por este motivo, los animales no solo heredan una morfología tipo, sino que también pueden aparecer ciertas características negativas asociadas, como las enfermedades, que se producen en casi todos los individuos de una misma raza debido a esta pérdida de variabilidad genética.
¿Quieres saber cuáles son los problemas dermatológicos que aparecen en varias de las razas de perros más comunes? ¡Sigue leyendo!
COCKER SPANIEL
Si hay una raza conocida por desarrollar otitis externa es el Cocker Spaniel. La morfología de sus orejas, caídas hacia abajo, impide una buena aireación del conducto auditivo, además presentan abundante pelo, mayor número de glándulas sebáceas, mayor producción de cera, y por si fuera poco, su conducto auditivo es más estrecho de lo normal.
Todo ello predispone al desarrollo de infecciones de oído, por lo que debemos estar siempre atentos a su limpieza, así como vigilar que ningún cuerpo extraño, suciedad, parásito, o exceso de humedad aparezca en los oídos.
Además, existen otros factores perpetuantes de estas infecciones, que también son patologías frecuentes en el Cocker, como la atopia o la seborrea. Siempre hay que recordar que, aunque las otitis se traten de forma local, es muy importante hallar la causa primaria para poder tratar todo en su conjunto.
Si un Cocker aparece por la peluquería, ¡nunca olvides echar un vistazo a sus orejas!
WEST HIGHLAND WHITE TERRIER
La dermatitis atópica y la infección por Malassezia son habituales en los perros de esta raza. La dermatitis atópica es una enfermedad alérgica de la piel que causa picor, en ocasiones muy fuerte, y como resultado de un excesivo rascado, a menudo provoca un daño mayor, irritación, infección, engrosamiento de la piel e incomodidad general del animal.
En muchos casos, el control de esta enfermedad es muy difícil y se producen infecciones secundarias por Malassezia, una levadura que habita en la piel del perro de forma natural, pero que por esa desestabilización del sistema inmune, prolifera en exceso y complica el cuadro dermatológico. Esta infección produce mal olor y empeora en los meses más cálidos y en condiciones de humedad.
La champuterapia es un excelente recurso para disminuir los signos asociados a la dermatitis, así que en estos casos debemos utilizar productos específicos para esta patología.
CARLINO
El Carlino presenta muchos pliegues y arrugas debido a su morfología. Los más característicos son los que aparecen en la cara, debido a su condición de perro braquicéfalo. Por la constante fricción entre los pliegues, se produce irritación de la piel, lesión inflamatoria, y esas zonas pueden ser colonizadas por bacterias. Es habitual encontrar eritema, exudación, mal olor, incluso aumento de la pigmentación y el grosor de la piel si el proceso se cronifica.
Todo ello es conocido como intertrigo o pioderma de los pliegues, y no solo afecta al Carlino, sino también a más razas con pliegues en su piel, como el Shar Pei, Bulldog inglés y francés, Boxer, incluso en perros obesos de otras razas.
Para prevenir esta pioderma, es imprescindible la limpieza frecuente de las zonas de pliegues con productos adecuados, y si el problema se debe a un exceso de peso del animal, hay que instaurar cuanto antes un protocolo para la pérdida de peso.
BICHÓN MALTÉS
Seguro que has visto alguna vez algún Bichón maltés con el pelo de debajo de los ojos, la zona del hocico, o incluso las patitas, de color oscuro, en vez de blanco como debería ser. Esto es debido a la oxidación del pelo como consecuencia del lagrimeo, el agua que se queda en el pelo al beber, o en el caso de las patas, por un lamido continuado. Para que el pelo no se oxide es necesario mantenerlo seco, si evitamos la humedad, evitamos el cambio de color.
La presencia de estas manchas no solo constituye un simple problema estético ya que, con frecuencia, puede derivar en complicaciones que pueden ir desde una ligera molestia para el perro a una dermatitis causada por la humedad constante a la que se encuentra sometida la piel de la región.
Como lo más habitual es encontrar las manchas en la zona bajo el lagrimal, se debe prestar especial atención al cuidado de la zona periocular, retirando diariamente las legañas, limpiando y secando completamente la zona. En el mercado existen productos que ayudan a esta limpieza, incluso que previenen o disminuyen la oxidación del pelo en perros de color blanco.
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Aunque solo hayamos hablado de cuatro razas, son más las que pueden desarrollar problemas dermatológicos, así que siempre tendremos que fijarnos en el estado de la piel y pelo de los animales que llegan a la peluquería, preguntar a sus propietarios sobre enfermedades y tratamientos, y saber qué productos utilizar en cada caso concreto.
Un buen profesional de la peluquería canina no solo debe realizar baños y cortes de pelo, sino que también debe ser un experto de la salud de la piel y pelo de nuestros mejores amigos, y para ello es importante una formación completa y de calidad.