Los animales mejoran la calidad de vida de todo aquel que les abre la puerta de su hogar, da igual cuál sea nuestro carácter, nuestra edad, nuestra profesión, nuestra nacionalidad,… En todos los casos, ellos nos ofrecen lo mejor de sí mismos.
Esta semana se ha celebrado el Día Universal del Niño, con el que se pretende dar a conocer los derechos de la infancia y concienciar a las personas de la importancia de trabajar día a día por su bienestar y desarrollo. Desde Vetformación queríamos aprovechar esta Semana de la Infancia para recordar lo beneficioso que es para los más pequeños de la casa crecer con la compañía de uno o varios animales, así que si aún desconoces lo valioso que es el vínculo niño-animal, ¡sigue leyendo!
Contribuyen al desarrollo y equilibrio emocional.
El vínculo niño-animal es una relación de hermandad, los niños ven en su animal a su compañero de juegos, pero también a alguien con quien compartir sus alegrías y a quien recurrir cuando experimentan tristeza o miedo.
Acariciar, abrazar, o contarle a su mascota cómo se sienten, es una fuente de consuelo que para los niños está al mismo nivel que la relación con sus padres, incluso en algunos casos puede ser superior, al resultar más fácil expresar las emociones sin esperar una respuesta verbal por parte del otro.
Por supuesto, los animales despiertan en los niños emociones y sentimientos tan básicos y necesarios como el amor, la empatía, el respeto, la amistad, el sentido de la familia, el cuidar del otro,… y desde pequeños les hacen crecer cultivando y forjando su propia personalidad.
Enseñan lo que es la responsabilidad y refuerzan el vínculo familiar.
Las mascotas necesitan comer, beber, estar sanas, limpias, hacer ejercicio, etc. Todo ello hace necesario que en casa exista un reparto de tareas en el que los niños también participen y de esta manera aprendan a ser responsables y cumplir con las tareas que les correspondan. Esta responsabilidad compartida hace que padres e hijos inviertan más tiempo juntos, lo que refuerza el vínculo familiar.
Procurar que el animal de la casa siempre tenga agua fresca, que coma, acompañarle en sus paseos, cepillarle,… aunque parezcan pequeños detalles, el estar pendientes de que su mejor amigo tenga sus necesidades básicas cubiertas hará que florezca y se afiance en ellos el sentido de la responsabilidad, a la vez que se sentirán mejor con ellos mismos al cuidar de otro ser vivo.
Mejoran la autoestima y las habilidades sociales.
Como comentábamos en el punto anterior, ser responsable del cuidado de otro ser vivo, te hace sentir bien y mejora la autoestima. Para los niños es fundamental sentirse capaces, válidos, fuertes, bien consigo mismos, y en todo ello influye positivamente el contacto con animales.
Además, contar cada día con alguien que te quiere tal y como eres, sin importarle más allá, ayuda a que los niños desarrollen su autoestima, y sientan más confianza a la hora de relacionarse.
Los animales son el mejor amigo de los niños, y a la vez son de gran ayuda a la hora de relacionarse con otros, ya que les obligan a salir de casa. En el parque seguro encontrarán a más niños paseando a sus perros, lo que ofrece la posibilidad de hablar, jugar e iniciar una relación que quizás desemboque en una bonita amistad.
Buenos para la salud.
Según múltiples estudios, los niños que crecen junto a animales, tienen menos riesgo de desarrollar alergias o asma a lo largo de su vida, y su sistema inmune se encuentra reforzado desde temprana edad.
Además, si el animal de la familia es un perro, el hecho de tener que salir a la calle a pasearlo, fomenta el ejercicio físico, reduciendo la aparición de obesidad infantil y afecciones cardiacas.
El primer compañero de juegos.
Los niños tienen una energía inagotable y qué mejor para ellos que tener continuamente un compañero con el que jugar y pasar los momentos más divertidos del día. Ya sea con una pelota en la calle, o tranquilamente en casa dedicando un ratito a leer a su compañero animal su libro preferido, el vínculo entre el niño y el animal se hará más fuerte. Además, no podemos olvidar que el perro velará por la seguridad del niño, siendo su “niñera” 24 horas.
Son grandes maestros de vida.
No hay duda de esto. A veces, a las personas nos cuesta abordar ciertos temas del día a día, especialmente si tenemos que tratarlos con los niños. En cambio para los animales todo es natural: nacer, crecer, cazar, jugar, reproducirse, enfermar, morir… El niño verá todo ello en su animal, y recibirá un enorme aprendizaje sobre la vida y la muerte, que le ayudará a enfrentarse a ello en su edad adulta.
No olvidemos el papel del adulto.
Las relaciones entre niños y animales son maravillosas, pero nosotros como adultos responsables de ambos no debemos olvidar que para que esa relación sea así, debemos también tomar parte de ella. Los animales tienen su personalidad y también necesitan su espacio propio, así que es nuestro deber enseñar a los niños a respetar al animal y no molestarle en sus momentos de descanso, o saber poner fin a algún rato de juego que pueda resultar molesto para el animal, por ejemplo.
Como ves, son muchos los beneficios de la relación afectiva entre niños y animales… Y tú, ¿creciste conociendo todos ellos? ¿qué aprendiste?
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