Los animales pueden estar solos en la calle por muchos motivos, no siempre tiene que ser un abandono. Puede darse el caso de que el perro siguiendo algún rastro se despiste, se asuste por algún ruido y eche a correr y luego no sepa volver a su zona habitual, incluso que haya sido robado.
A los gatos estamos más acostumbrados a verles habitando la ciudad, algunos han nacido en la calle y viven en ella, pero es fácil distinguir cuando un gato pertenece a alguna de las colonias felinas del municipio, a cuando es un gato casero perdido o abandonado. En este segundo caso, el gato buscará contacto, se encontrará desubicado, asustado,… y siempre tendremos que ayudarle, ya que un gato casero no sabe vivir en la calle, y será casi imposible su supervivencia.
Si te encuentras un conejo, un hámster, algún ave, reptil, o cualquier otro animal, no te extrañes, en los hogares hoy en día se pueden encontrar muchas especies animales.
Sea el animal que sea, no debemos dejarle a su suerte, tenemos que ayudarle a volver a su hogar, y si no fuera posible, al menos contribuir a que encuentre uno nuevo.
Pese a que puede ser bastante habitual en nuestras ciudades, no todas las personas saben cuál es el protocolo a seguir en estos casos, así que en el artículo de hoy queremos mostraros los pasos a seguir si alguna vez os encontráis en esta situación.
Te interesa, ¿a que sí?
Lo primero, asegurarnos de que el animal está solo.
A veces, puede parecer que un perro está solo, pero tiene a su humano cerca. Pararnos y observar todo alrededor es lo primero, incluso si no vemos a nadie, debemos esperarnos un tiempo prudencial en el lugar.
Podemos aprovechar a preguntar a los vecinos si conocen al animal. Si es de la zona, seguramente alguien le reconozca y sea más fácil encontrar a su propietario.
Comprobar si tiene chapa identificativa y/o microchip.
Saber si un animal está identificado con microchip es imposible a simple vista, pero sí podemos fijarnos en si en el collar o el arnés lleva colgada una chapita identificativa. De ser así, podemos llamar directamente al número de teléfono de la plaquita, si no, debemos acercarnos al veterinario más cercano. Solo pasando el lector de microchip por el cuello del animal, podemos saber en pocos segundos si está correctamente identificado.
Si tiene microchip, el veterinario podrá acceder a los datos del animal y su propietario, y rápidamente contactar con él con una llamada telefónica. Si por el contrario, no hay microchip, encontrar al propietario ya no es tan fácil, y el futuro del animal pasa a ser incierto, pero tranquilo, ¡puedes ayudarle!
Ponernos en contacto con la Policía local de nuestro municipio.
La Policía también tiene lector de microchip, si resulta que no encontramos ninguna clínica veterinaria cerca, o por horario, están todas cerradas, la única manera de localizar al propietario es mediante la Policía. Cuando la patrulla llegue, comprobará la identificación del animal, e igualmente se pondrán en contacto con el propietario si existe identificación.
Aunque la implantación del microchip es obligatoria en nuestros animales antes de los 3 meses de edad, aún existe un gran porcentaje de mascotas que no están identificadas. En este caso, cada municipio tiene su protocolo de actuación, pero normalmente la Policía se encarga de derivar al animal al Centro de Protección Animal correspondiente, ya sea por traslado directo al centro, mediante los agentes medioambientales del municipio, llamando a los empleados del Centro de Protección Animal, o a la protectora con la que exista un acuerdo de recogida, si es que lo hay.
Según las diferentes Comunidades Autónomas y municipios, la legislación varía, y los animales que llegan a las perreras pueden correr diferente suerte. Por desgracia, aún existen perreras donde los animales son sacrificados si en un corto periodo de tiempo, nadie les reclama. En otras, tienen la suerte de ser atendidos y entran en un proceso de adopción gracias al cual podrán tener la oportunidad de encontrar un nuevo hogar. Te recomendamos que te informes del caso concreto de tu municipio, a ninguno nos gustaría que el animal al que hemos ayudado fuera sacrificado, así que debemos buscar otras alternativas.
Acogerle mientras encuentra un nuevo hogar.
Ya hemos hecho todo lo posible por encontrar al propietario, pero no lo hemos conseguido. Bueno, podemos ayudar a nuestro rescatado acogiéndole en nuestra casa. Podemos colocar carteles por la zona por si alguien le reconoce, utilizar las redes sociales para su difusión, incluso pedir ayuda a alguna protectora, pero mientras tanto, el animal estará a salvo con nosotros.
¿Cuándo, y de qué manera acudir a las protectoras?
Las protectoras de animales hacen todo lo posible por ayudar, pero tienen sus limitaciones, tanto económicas, como de instalaciones, de recursos humanos, etc.
Si queremos pedir ayuda a una protectora, podemos hacerlo, pero sabiendo que es posible que no puedan ayudarnos, no porque no quieran, si no porque ya no pueden dar cobijo a más animales por el excesivo grado de saturación en el que se encuentran.
No debemos acusarlas ni desprestigiarlas, nadie tiene recursos ilimitados, si no comprender que la situación a la que se enfrentan a diario es dura, y que si no pueden quedarse con el animal, es porque de verdad en ese momento les resulta imposible. Quizás puedan ayudarnos de otra manera: ofreciendo difusión a través de la asociación, o incluso haciéndose cargo de la manutención del animal, pero colaborando nosotros como casa de acogida para que nuestro rescatado no tenga que estar en un chenil o una jaula. Si pedimos ayuda, pero a la vez nosotros ayudamos, todo será más fácil, ¿no crees?
Y…. ¿por qué no ofrecerle un hogar para siempre?
Sí, a veces no está planeado ampliar la familia, pero sucede. Y es que los animales poco tienen que hacer para conquistarnos: su mirada, sus travesuras, sus cariñitos,… con eso ya nos enamoran para toda la vida.
Ofrecer un nuevo hogar a un animal que lo necesita es un enorme gesto de amor, De primeras quizás pueda ser una situación precipitada, nadie sale a la calle deseando encontrarse con un animal en apuros, pero si el destino ha querido que os encontréis, ¿por qué no aprovechar la oportunidad para disfrutar de la vida juntos?
¿Alguna vez te has encontrado un animal abandonado? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¡Compártela con nosotros!
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