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Madres del Reino Animal: ¿Sabes estas curiosidades?

Los seres humanos no somos los únicos que cuidamos y protegemos a nuestros hijos, haciendo grandes esfuerzos durante su crianza. Algunas especies animales son también especialmente “madrazas”, y por ello queremos dedicarles una mención especial ahora que se acerca el día de todas las madres.

Son tantas las especies que es imposible nombrar a todas, pero hemos hecho una selección para que aprendas un poco más sobre las maravillosas relaciones materno-filiales del mundo animal. ¡No te lo pierdas!

Orangutanes

Las crías de orangután dependen completamente de su madre durante sus dos primeros años de vida. Pero ahí no termina su vida en común, las madres siguen estando con sus crías durante seis o siete años, de tal manera que siguen enseñándoles todo aquello necesario para valerse por sí mismas durante su vida adulta. Además, se sabe que las hembras orangutanes «visitan» a sus madres hasta que alcanzan la edad de 15 o 16 años. Así, el vínculo entre una madre orangután y su cría puede considerarse como uno de los más fuertes del Reino Animal.

Elefantes

La gestación de los elefantes dura 22 meses, siendo de las más largas del mundo animal. Cuando la cría nace, pesa en torno a 100kg y toda la manada se hará cargo de su protección. Los elefantes viven en una sociedad matriarcal, por lo que no solo la madre cuida y ofrece apoyo al bebé recién nacido, si no que el resto de hembras del grupo social también le ayudan durante momentos clave, como ponerse de pie después del nacimiento, aprender a mamar,… Las hembras permanecen unidas, y las más mayores siempre velan por los más pequeños, ajustando el ritmo de la manada para que las crías puedan seguir caminando junto a ellas, las defienden ante posibles peligros, etc.

Pingüino emperador

Una vez que el pingüino emperador madre pone un huevo, lo deja bajo la protección del macho, mientras ella emprende un largo viaje de hasta 80 kilómetros para llegar a mar abierto y poder alimentarse. Este viaje dura dos meses, y durante este tiempo es fundamental la labor del macho, ya que estará incubando el huevo. Una vez que la madre regresa, el pollito habrá nacido y regurgitará la comida para alimentarle. Ahora será ella la que proteja con su cuerpo al recién nacido, ya que sin el calor de su madre el bebé moriría ante las bajas temperaturas.

Pulpos

Cuidar de pocas crías puede ser muy complicado, así que si eres una mamá pulpo y tu descendencia es de miles y miles de huevos, ¡tendrás que hacer un gran esfuerzo!

Después del apareamiento, la hembra colgará los huevos en su cueva formando racimos, los cuales protegerá con fiereza. Además la hembra se encarga de mantener la cueva bien oxigenada durante toda la maduración de los embriones para que su descendencia se desarrolle correctamente. Durante el mes que tardan en eclosionar los huevos, la hembra nunca deja a su descendencia sola, ni siquiera para alimentarse, por lo que una vez que nacen sus bebés, lo más frecuente es que muera. ¡Literalmente da su vida por sus bebés!

Tortugas marinas

Las tortugas marinas pasan prácticamente toda su vida en el agua, salvo durante la temporada de nidificación, en la cual depositarán los huevos en la arena de la misma playa en la que nacieron. Los nidos de tortuga marina suelen tener en torno a 150 huevos, pero por desgracia una vez que los bebés tortuga salen de ellos, se convierten en presas de otros animales, y muy pocos son los que llegan a la vida adulta. Las pequeñas tortugas nunca conocerán a su madre, así que desde el primer momento tienen que valerse por sí mismas. Para la puesta, las hembras tienen que desplazarse muchos kilómetros, normalmente a playas sin presión turística, pero aún así, pueden ser víctimas de personas que las cazan, de ahí que sea tan importante proteger y conservar las áreas de nidificación de estos maravillosos animales.

Cocodrilos

Las hembras cocodrilo protegen a sus bebés en el mejor sitio posible: el interior de su propia boca. Cuando aún las crías son pequeñas, las madres cocodrilo las guardan dentro de sus fauces para protegerlas de los depredadores, y además, es una manera rápida para transportarlas.

Zarigüeyas

Tras el nacimiento, las pequeñas zarigüeyas se alojan en la bolsa marsupial de su madre, dentro de la cual terminarán de desarrollarse, ya que nacen ciegas, sordas, desprovistas de pelo y totalmente dependientes de los cuidados de su madre. Una vez que salen de esta bolsa, no abandonan a su madre, si no que siguen con ella, pero agarradas a su lomo. Las zarigüeyas pueden tener hasta unas 16 crías, ¿te imaginas ir cargando con todas en tu espalda?

Osos polares

Las osas gestantes buscan refugio durante el invierno, para dar a luz en ese lugar escondido. Durante los meses que viven en el refugio preparándose para el parto, no comen nada, así que tienen que vivir de las reservas de grasa que han acumulado en su cuerpo previamente. Una vez nacen los cachorros, estos se alimentan de la leche materna, lo que ocasiona aún una mayor pérdida de peso de la madre, que tendrá que recuperar durante el verano.

Como ves, cada especie tiene alguna característica que hace que las hembras sean unas grandes madres. Y es que… ¡no hay nada como el amor de una madre!, ¿verdad?

¿Qué más casos de super mamás animales conoces? ¡Cuéntanos!

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