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El gato, poco amante de los cambios.
En primer lugar debemos saber que el gato es un animal territorial y muy sensible al estrés, por lo que cuantos menos cambios sufra, mejor para su salud y bienestar.
El gato necesita conocer el entorno en el que se mueve, y cómo no, sentirse “respaldado” por sus feromonas, seguridad que pierde cuando se encuentra fuera de su territorio.
Cuando un gato cambia de entorno, debemos saber que al menos tarda una semana en adaptarse al nuevo lugar. Esto es importante tenerlo en cuenta de cara a dejar a nuestro felino en casa de un amigo, o en una residencia, ya que si nuestras vacaciones van a ser cortas, es mejor ahorrarle el mal rato de tener que adaptarse a otro lugar, para que en cuanto vaya estando cómodo allí, haya que moverle de nuevo para volver a casa.
Por ello, lo más recomendable es que nuestro gato permanezca en casa durante nuestra ausencia, y alguna persona de nuestra confianza se encargue de visitarle a diario. Si nuestro gato ya conoce a esta persona, ¡mucho mejor!, ya que se sentirá más tranquilo y confiado.
Que nuestro gato se quede en casa, no significa que esté solo.
Cuando nos vamos de casa por unos días no solo se trata de dejar comida y agua en abundancia a nuestro gato, si no que también es importante su higiene, sus ratos de juego y la compañía.
La persona que vaya a visitar a diario a nuestro amigo gatuno, debe dedicar tiempo a jugar o interactuar con él, o si nuestro gato no se siente confiado como para ello, al menos esta persona debe hacerle compañía y observar cómo se encuentra, si está decaído, si tiene algún síntoma de enfermedad, etc. Si tenemos dos o más gatos, entre ellos se hacen compañía y dedican ratos durante el día al juego, pero si solo tenemos uno, estar 24 horas solo puede convertirse en un verdadero aburrimiento, de ahí la importancia de que un amigo o familiar dedique al menos una hora diaria a estar con nuestro gatito.
¿Conoces el término Catsitter?
Por el nombre seguramente te hayas hecho una idea… sí, nos referimos a un “canguro” para nuestros felinos. Un/a Catsitter es una persona que se encarga de cuidar de los gatos de otras personas acudiendo a sus domicilios normalmente, incluso puede ofrecerse a cuidarlos en su propia casa si hablamos de largos periodos de tiempo.
El trabajo de un/a Catsitter consiste en comprobar que los gatos se encuentran bien, cerciorarse de que tienen siempre disponible comida y agua limpia y fresca, limpiar los areneros, medicar si fuera necesario, y dar cariño y juego si nuestro gato se lo pide.
Antes de irnos de vacaciones, esta persona acudirá a nuestra casa a conocer a nuestro gato y a nosotros, de tal manera que podamos indicarle dónde se encuentra todo lo necesario para el cuidado de nuestro gatito, le demos pautas de tratamientos si fuera necesario y el contacto de su veterinario, pueda conocer su carácter y personalidad, sus juguetes favoritos, sus rincones para esconderse, los lugares preferidos para echarse la siesta,… en definitiva, que tanto nuestro gato como su Catsitter se vayan conociendo antes de que nosotros no estemos.
Si alguien de nuestro entorno cercano puede encargarse de visitar a nuestro gatito, ¡genial!, pero si no, podemos ponernos en contacto con una de estas personas y quedarnos tranquilos sabiendo que nuestro pequeño amigo va a estar bien cuidado mientras disfrutamos de unas merecidas vacaciones.
¿Qué otras opciones podemos valorar?
Si vamos a estar fuera de casa varias semanas, o incluso varios meses si nuestro viaje fuera por trabajo o alguna otra causa, podemos ofrecer a alguna persona de confianza que viva en nuestra casa, y así cuide de nuestro gato, o incluso mover a nuestro pequeño amigo al domicilio de esa persona si así le resultara más fácil. Si en este cambio de casa, fuera a convivir con más animales, la adaptación debería ajustarse para que tanto los animales de la casa como nuestro gato, puedan irse adaptando los unos a los otros de manera paulatina, y no haya problemas en la convivencia.
Si no fuera posible nada de lo que hemos hablado anteriormente, existen las residencias para gatos, pero debemos estar muy seguros de que es un lugar totalmente adaptado a la especie felina, ya que como decimos, son animales muy sensibles a los cambios y al estrés, y necesitan lugares tranquilos, seguros, y personal cualificado que cuide de ellos. Los requisitos mínimos de una residencia felina deberían ser estancias separadas e individuales, riqueza y estimulación ambiental para los gatos, cuidadores amantes de los gatos con buen manejo y conocimiento suficiente como para ayudar al gato en su adaptación a la nueva estancia temporal, buena higiene, y que sea un lugar tranquilo.
Para nosotros no hay duda: el mejor lugar para un gato es su propia casa. Así que si pronto vas a irte de vacaciones y quieres que tu amigo gatuno no note mucho tu ausencia, te recomendamos que busques a alguien de confianza para cuidar de él, no hay opción mejor, ¿verdad?
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