En el caso de la medicina veterinaria, y más concretamente en la rama de la cirugía, se está tendiendo durante los últimos años a la cirugía de mínima invasión, de tal manera que los animales se vean beneficiados por una técnica que les permite una mejor recuperación, con menos dolor.
Seguro que te suena la laparoscopia, quizás incluso te hayan realizado alguna cirugía mediante esta técnica, o conozcas a alguien a quien hayan intervenido así. ¿Sabes que hoy en día nuestros animales también pueden beneficiarse de ella? ¡Os lo contamos!
¿Qué es la laparoscopia?
La laparoscopia es una técnica quirúrgica de mínima invasión, que consiste en la realización de intervenciones a través de dos o tres pequeñas incisiones en la pared abdominal, de tal manera que se pueda introducir a través de ellas una micro cámara y una pinzas que sirven para sellar los tejidos y vasos, sin necesidad de utilizar suturas internas en algunas intervenciones. Para ayudar a que las estructuras se separen y la cavidad sea más grande y accesible, es necesario insuflar dióxido de carbono dentro del abdomen. Gracias a la cámara y a un monitor en el que se va reproduciendo todo lo que la cámara graba, el cirujano puede ver con detalle el interior de la cavidad abdominal, así como observar el estado de los diferentes órganos, todo magnificado de tamaño para apreciarlo mejor.
¿Cuáles son las ventajas de la laparoscopia frente a la técnica convencional?
Sin duda, son varias las ventajas que hacen que esta técnica esté convirtiéndose en la habitual en muchas clínicas y hospitales veterinarios. Y es que, los animales intervenidos mediante laparoscopia sufren menos dolor al no tener que realizarse tanta tracción sobre órganos y tejidos, y tienen una mejor recuperación y más rápida.
Por otro lado, la cirugía en sí es más segura, reduciendo la inflamación y el sangrado, haciendo que el riesgo de complicaciones sea menor. Las cicatrices que quedan son muy pequeñas, no siendo necesario realizar curas. Esto por ejemplo es muy beneficioso para animales de difícil manejo o que no toleran el contacto en ese área de su cuerpo, lo que juega a favor de su bienestar.
Otro beneficio para el animal es que no es necesario el uso de collar isabelino, ¡con lo que les estresa e incómoda!, y además no es necesario acudir a consulta para retirar los puntos. En cirugías limpias, como una castración de perra, incluso no se necesita el uso de antibioterapia posterior a la intervención. ¿Te imaginabas que esta técnica pudiese tener tantas ventajas para tu compañero de vida? Seguro que esto te da unas pistas del por qué de que en los últimos años cada vez más veterinarios oferten este tipo de cirugía, ¡es muy importante aprender nuevas técnicas y evolucionar para mejorar el bienestar de sus pacientes!
¿Qué intervenciones pueden realizarse por laparoscopia?
Una de las intervenciones más realizadas mediante cirugía laparoscópica es la castración de perras y gatas. En este caso la cirugía consiste únicamente en la extirpación de los ovarios (ovariectomía), siendo así una intervención más rápida, con menos daño tisular y tracción de tejidos, menos dolor, y muy precisa. Con esta técnica, al extirpar solo los ovarios, el útero sigue quedando, por lo que, aunque no es frecuente, puede producirse en algún momento de la vida de la perrita una infección uterina o piometra.
En los machos, se emplea en los casos de criptorquidia, es decir, en los animales en los que no se ha producido un correcto descenso de los testículos a las bolsas escrotales, y estos han quedado dentro de la cavidad abdominal. Así, la cámara permite localizar el testículo y extraerlo fácilmente.
También es una técnica que resulta muy útil para la toma de biopsias de órganos abdominales, ya que al poder visualizar a mayor escala toda la cavidad es más preciso tomar un trocito del órgano que se necesite, así como elegir la mejor zona y poder comprobar que posteriormente no existe hemorragia.
Otra utilidad habitual es para la extracción de urolitos que se encuentran dentro de la vejiga. Al visualizar a gran tamaño estos cálculos, es más fácil su extracción, y además esta técnica permite comprobar el estado de la mucosa interna de la vejiga tras retirarlos. Y por supuesto, ¡con una incisión mucho menor que la que habría que hacer con la cirugía convencional!
Como ves, la laparoscopia puede aplicarse en el día a día de la clínica veterinaria para muchos procedimientos, ¡y estos que hemos comentado no son los únicos! pero sí queríamos que al menos conocieseis algunos de los más habituales. Otras intervenciones que convencionalmente se realizan mediante una incisión muy grande, como la nefrectomía, gastropexia o colecistectomía también pueden realizarse por laparoscopia, siendo necesario en este caso una incisión mínima, ahorrando al animal pasar por una convalecencia dolorosa.
Sin duda, la aplicación de esta técnica en medicina veterinaria supone una mejora en el bienestar de nuestros compañeros de vida, tanto durante la intervención como durante el postoperatorio, lo que nos hace mucho más felices, ¿verdad?
Cuéntanos, ¿qué conocías sobre ello? ¿Te ha resultado interesante? Si tenías pensado castrar a tu perra o gata próximamente, te animamos a que preguntes a tu veterinario de confianza por esta técnica, y conozcas de primera mano todas sus ventajas.