Sabemos que esta decisión parte del desconocimiento de la toxicidad de estos medicamentos para nuestros animales, por eso queremos informar sobre el peligro y consecuencias de su ingesta en especies animales no humanas. Nuestros animales son nuestra familia y, por ello, no queremos que alguno de nuestros actos, aunque sea con el mayor amor del mundo, les pueda perjudicar, ¿verdad? Pues vamos a aprender un poquito más sobre los fármacos más comunes en el hogar responsables de intoxicaciones en animales, para así proteger aún más a nuestros compañeros peludos.
IBUPROFENO.
Pertenece a la familia de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos, comúnmente indicados para alivio de la inflamación y del dolor leve o moderado. Existen medicamentos de esta clase utilizados en veterinaria, pero son específicos para los animales, ya que están formulados con compuestos no tóxicos para ellos y en las dosis que requieren.
En las casas con niños es habitual encontrar DALSY en un cajón, y para estas familias es un recurso a proporcionar a su perro o gato, pero igualmente es ibuprofeno, así que está totalmente contraindicado el uso de este jarabe.
¿Y qué síntomas podemos encontrar? Cuando un animal ingiere ibuprofeno, aún en pequeñas dosis, puede resultar en úlceras de estómago severas, causando vómito (en ocasiones sangriento), diarrea, heces negruzcas, debilidad, encías pálidas (anemia), dolor abdominal, letargo y pérdida de apetito. Con ingestiones más grandes produce insuficiencia renal, halitosis (derivada de la insuficiencia renal), insuficiencia hepática, problemas neurológicos (como temblores o convulsiones), incluso puede producir la muerte del animal.
aquielvideo
PARACETAMOL.
El paracetamol es un fármaco analgésico y antipirético (reduce la fiebre). Si bien este medicamento es muy seguro para el uso humano, tiene un estrecho margen de seguridad en perros y gatos; la gravedad del envenenamiento y el desarrollo de los signos clínicos depende de la especie.
Los gatos tienen una capacidad disminuida de metabolizar el paracetamol, haciéndolos mucho más susceptibles al envenenamiento y dando lugar a lesión severa de los glóbulos rojos. En ellos se pueden observar signos clínicos de letargo, hinchazón de la cara o de las patas, dificultad para respirar, encías marrones o azules, vómitos y falta de apetito.
En los perros puede provocar insuficiencia hepática y lesión de los glóbulos rojos, además de signos clínicos de debilidad, letargo, falta de apetito, vómitos, heces negras e ictericia.
ASPIRINA.
Los gatos son mucho más sensibles a la intoxicación por aspirina que los perros. Los signos de intoxicación por aspirina en perros o gatos incluyen síntomas gastrointestinales (vómitos, diarrea, heces negras, úlceras estomacales, etc.), hipertermia, cambios respiratorios, supresión de médula ósea, insuficiencia renal, sangrados, y signos de sistema nervioso central (colapso, debilidad extrema, temblores, convulsiones, edema cerebral).
El tratamiento es necesario e incluye descontaminación, protectores gastrointestinales, cuidados sintomáticos y de apoyo, líquidos intravenosos y monitorización.
ANTIDEPRESIVOS.
Los antidepresivos son uno de los principales envenenamientos accidentales que vemos en los perros. Este tipo de medicamento se utiliza a veces en medicina veterinaria para problemas de comportamiento.
Con intoxicación o ingestión accidental, los signos clínicos incluyen sedación o estimulación del sistema nervioso central (SNC), anorexia y letargo. Con envenenamientos mayores, se puede observar el síndrome de serotonina, cuyos signos clínicos incluyen: sedación o estimulación del SNC, vómitos, temblores, convulsiones, hipertermia, diarrea, dolor abdominal y pupilas dilatadas.
El tratamiento incluye la descontaminación (idealmente sólo debe ser realizada por un veterinario, debido a la rápida aparición de signos clínicos), sedación si es necesario, termorregulación (incluyendo medidas de enfriamiento, si procede), terapia de fluidos intravenosos, monitorización de la presión arterial y del electrocardiograma, y atención sintomática.
BENZODIAZEPINAS.
Las benzodiazepinas (diazepam, lorazepam, etc) son una clase de fármacos usados ??en medicina humana y veterinaria como sedantes o hipnóticos. También se usan como medicamentos contra la ansiedad, anticonvulsivantes (en casos de epilepsia, por ejemplo) y como relajantes musculares. Cuando los perros y gatos ingieren una cantidad tóxica de benzodiazepinas, se pueden observar signos clínicos de sedación severa, incoordinación, agresión, agitación, náuseas y vómitos. En casos severos, puede observarse depresión respiratoria y cardiovascular.
Como se puede observar, la ingestión de todos estos fármacos puede acarrear terribles consecuencias para nuestros animales, así que hay que tener mucho cuidado y prevenir la ingestión accidental de cualquiera de ellos (no dejarlos en una mesa o en algún lugar en el que puedan cogerlos), y menos aún proporcionárselos nosotros mismos de forma consciente, ya que algunos por toxicidad directa y otros por exceso de dosis, ponen en riesgo la vida de nuestros perros y gatos.
Nunca viene mal recordar que siempre que creamos que nuestro animal puede estar enfermo, hay que llevarle al veterinario, nadie mejor que un especialista para atender y curar a nuestros animales, ¿verdad?