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Falsos mitos sobre los gatos

El día 20 de esta semana ha sido el Día Internacional del Gato, y desde VETFORMACIÓN queremos rendir homenaje a este animal tan mágico y maravilloso desmitificando esas creencias populares que siempre se han asociado a los gatos, y que sin embargo no solo no son ciertas, sino que han jugado en contra del bienestar y de la percepción que la sociedad ha tenido, y en muchos casos sigue teniendo, de estos felinos.

Son muchísimos los mitos relacionados con los gatos, así que vamos a hacer una recopilación de varios de ellos, a la vez que explicamos por qué son solo eso, mitos, y no tienen nada de argumentos reales.

“Los gatos pueden alimentarse de leche”

Todos hemos visto en películas o en dibujos animados de nuestra infancia a gatos tomando leche de un platito. Aparece como algo cotidiano, incluso saludable, pero no es así. La leche es un alimento indicado solo para la etapa de lactancia, siendo su composición diferente dependiendo de la especie animal, así que un gatito solo debería tomar leche de su madre, y si no pudiera ser así, deberíamos ofrecerle leche formulada específicamente para gatos. Además, según el animal crece, va perdiendo la capacidad de digerir la lactosa al desaparecer de su organismo la enzima lactasa, encargada de digerir este componente de la leche, pudiendo ocasionar el consumo de este alimento serios problemas gastrointestinales.

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“Los gatos siempre caen de pie”

El gato es un animal ágil y flexible, que tiene la capacidad de enderezar la posición de su cuerpo para permitirle caer sobre sus cuatro patas. Pero aunque es capaz de desarrollar este mecanismo, no siempre le da tiempo a hacerlo. Dependiendo de la altura desde la que caiga y de su forma física, tendrá margen para caer de tal manera que pueda minimizar el impacto contra el suelo, o por el contrario, que esa caída suponga para él unas lesiones más o menos graves, incluso mortales. Como protectores de nuestros gatos, debemos evitar cualquier zona de peligro para nuestro mejor amigo, protegiendo ventanas, terrazas, balcones y espacios altos desde los que podría caer.

“Los gatos son ariscos y traicioneros”

Quizás por comparación con los perros, que son más dependientes de las personas y altamente sociales, se ha tachado a los gatos como ariscos, cuando quién les conoce sabe bien que esos adjetivos no representan el carácter de los gatos que viven con nosotros. El gato tiene una estructura jerárquica diferente, es un cazador solitario y territorial, y a veces esa parte más salvaje de su especie no es bien entendida por el ser humano. Si compartes hogar con gatos, seguro que ya eres consciente de lo cariñosos, sociables y buenos compañeros que pueden llegar a ser, pero por supuesto, siempre teniendo en cuenta que cada gato tiene un carácter y personalidad diferentes, y siempre hay que respetar su esencia y no querer modificarla a nuestro antojo.

“Los gatos son malos para las embarazadas”

¿Quién no ha oído hablar de la toxoplasmosis y los gatos? La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria cuya transmisión se ha relacionado con los gatos, al ser estos el hospedador en el que el parásito produce sus huevos. Para ello, el gato tiene que haber ingerido previamente al parásito, hecho que en una casa es imposible que ocurra, a no ser que el gato tenga acceso al exterior y capture a sus propias presas, o le demos carne cruda contaminada. Si nuestro gato solo se alimenta de pienso y no sale al exterior, jamás podrá infectarse de la enfermedad, y por tanto, sus heces nunca portarán huevos de Toxoplasma. La forma más habitual de contagio de toxoplasmosis es por consumo de carne o verdura contaminada, así que si estás embarazada debes prestar especial atención a limpiar y desinfectar bien la verdura y cocinar adecuadamente la carne, y por supuesto seguir disfrutando mucho de tu gato, ¡no habrá un mejor amigo para tu bebé!

“Los gatos son enemigos de los perros”

Ese dicho de “llevarse como el perro y el gato” no sabemos muy bien qué querrá decir, lo que sí tenemos claro es que la convivencia entre ambas especies es posible, y que en la mayoría de los casos es una relación de hermanos: juegan juntos, duermen juntos, se acicalan, se quieren,… Para cualquier animal, los primeros meses de vida son clave en su socialización, así que la convivencia con miembros de otra especie durante esa etapa, hará que crezca aceptando a la otra especie como amiga, y que no existan problemas de convivencia. Incluso es posible que surja una bonita amistad en la etapa adulta, pero siempre haciendo un buen protocolo de presentación y adaptación entre animales y al hogar.

“Los gatos siempre arañan todo y son destructores”

Utilizar sus uñas es uno de los hábitos más saludables para los gatos y es realmente importante para ellos: les aportan equilibrio, les ayudan a realizar sus estiramientos y tonificar sus músculos, les permiten trepar por árboles o su rascador, son parte fundamental del juego, gracias a ellas atrapan presas y agarran objetos, son su principal arma de defensa, etc.

Conociendo sus necesidades como especie, deberíamos proporcionarles en nuestras casas accesorios que les permitan reproducir su comportamiento natural de “rascar” troncos de árboles, de ahí la importancia de disponer de un buen rascador, grande y robusto, en el cuál se rasquen sus uñas, evitando que lo hagan en el sofá o en muebles, y que además les sirva como torre de observación y juego, fundamental para ellos también.

“Los gatos negros dan mala suerte”

Desde hace siglos, en especial desde la Edad Media, se relaciona a los gatos negros con la brujería, lo oscuro, lo misterioso, lo oculto,… y por desgracia esas creencias y supersticiones siguen arraigadas hoy en día en cierta parte de la población. Quienes hemos conocido a gatos de este color podemos asegurar que son tremendamente especiales, cariñosos, simpáticos,… y por supuesto no traen nada de mala suerte, sino muchas alegrías. Esta supuesta mala suerte no solo es falsa, sino que juega en contra de estos preciosos animales a la hora de ser adoptados en los refugios, haciendo de ellos los eternos olvidados, y dificultando muchísimo el tener una nueva familia. Si estás pensando adoptar un gatete, ¡anímate con un negrito!

“Los gatos se apañan bien viviendo en la calle”

Ese mito, o más bien excusa, es la que se escucha a menudo de parte de gente que quiere abandonar a su gato en la calle. Quizás porque aún seguimos compartiendo entorno con colonias de gatos callejeros, nacidos y crecidos en libertad, sin contacto con el ser humano, siga presente el pensamiento de que cualquier gato puede sobrevivir en la calle. Eso es totalmente falso. Un gato casero nunca podrá desenvolverse correctamente en la calle, no sabrá cazar, no sabrá defenderse de otros gatos, todo le dará miedo, no sabrá dónde resguardarse, etc. Un gato casero en la calle, está destinado a perecer si el ser humano no interviene y le devuelve a su hábitat: el calor de un hogar. Por eso es tan importante concienciar a la población de que un gato casero no es igual que un gato feral, y cada uno tiene que vivir siempre en el entorno en el que se encuentra su bienestar.

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