Cualquier decisión en la que estén implicados seres vivos tiene que tomarse de forma responsable, jamás de forma impulsiva ni por capricho o moda, así que… ¿cómo me aseguro de que de verdad es el momento ideal para adoptar un perro? ¿qué perro es el que encaja con nuestra familia?
En primer lugar debemos ser conscientes de las responsabilidades que conlleva tener un perro. Todo ser vivo necesita cubrir necesidades fisiológicas básicas: alimentación, agua, eliminación de orina y heces, descanso, vida social, higiene, salud, ejercicio, etc. Sobre todo al principio, y más aún si es cachorro, va a necesitar mucha cantidad de nuestro tiempo. Necesitará adaptarse al nuevo entorno, reconocer los diferentes espacios de la casa, adquirir rutinas y horarios, aprender a quedarse solo en casa, a hacer sus necesidades en la calle, a socializar correctamente con otros animales y personas, etc. Y para todo eso (y más), necesita de nuestra atención y enseñanzas. Las primeras semanas son fundamentales, y debemos estar dispuestos a dedicar todo el tiempo que sea necesario a apoyar y acompañar al nuevo miembro de la familia siempre. Una buena adaptación evitará problemas de comportamiento como la ansiedad por separación o la eliminación incorrecta en casa.
Analizar nuestro estilo de vida también es importante de cara a la llegada de un perrito. ¿Nos gusta estar siempre viajando? ¿Estamos tan ocupados que no tenemos tiempo ni para nosotros? ¿A qué dedicamos nuestro tiempo libre? ¿Somos personas sedentarias o activas? No siempre es el momento adecuado para que llegue un perrito a casa. Si no tenemos tiempo, desde luego que debemos descartarlo de primeras, un perro necesita que estemos con él. Tener un perro para que siempre esté solo, o vayamos tan apurados que no podamos ni ofrecerle varios paseos al día de calidad, no es lo más adecuado ni saludable para él.
Otro factor a tener en cuenta es el económico. Mantener un perro requiere de unos gastos básicos: alimentación, accesorios para su comodidad (comederos, juguetes, cama, correa, arnés, peines, y todo lo que queramos), atención veterinaria, posibilidad de necesitar un educador canino, etc. Este desembolso de dinero será sobre todo cuestión de las primeras semanas. Debemos llevarle al veterinario de forma periódica para la puesta al día de su desparasitación, vacunación, implantación del microchip, castración (que aunque no es obligatoria, a nosotros nos parece muy recomendable), o para cualquier situación en la que su salud necesite valoración de un especialista. Si el perro goza de buena salud, el desembolso veterinario se resumirá en la vacunación anual y la desparasitación mensual o trimestral, pero nunca debemos obviar el hecho de que en cualquier momento puede enfermar, y siempre debemos estar dispuestos a hacer todo lo necesario para que tenga la atención veterinaria adecuada.
Una vez hayamos meditado todos los pros y contras, y estemos seguros al 100% de ampliar la familia, tenemos que plantearnos de qué manera queremos que llegue a nuestras vidas el nuevo miembro. Hoy en día existen miles de protectoras, refugios, perreras, asociaciones sin refugio, etc, llenas de animales que un día fueron abandonados y esperan a tener una segunda oportunidad. Seguro que cerca de nuestro lugar de residencia hay algún lugar donde adoptar, podemos informarnos de los trámites e ir en busca de nuestro mejor amigo. Además, si adoptas en una protectora, el animal se entrega con un protocolo veterinario que te asegura el buen estado de salud del animal.
«En las protectoras hay animales de todas las edades, tamaños y razas, así que si queremos algún perro en particular, seguro que no nos cuesta encontrarlo.«
Si por el contrario, nos decantamos por la compra, es verdaderamente importante que seamos responsables y contactemos con un buen criador, que no tenga reparos en enseñarnos sus instalaciones, para poder comprobar que la madre de nuestro cachorro, y demás animales se encuentran en buenas condiciones. Por desgracia, existe mucha cría y venta ilegal de animales, y no tenemos que contribuir a que siga expandiéndose.
Por último, y muy importante, siempre tenemos que fijarnos en la personalidad y carácter del animal. Si somos personas muy activas, que nos encanta salir a hacer deporte al campo, el perro perfecto será aquel que tenga el mismo espíritu aventurero que nosotros. En cambio, si hacer deporte no es lo nuestro, quizás debamos decantarnos por un perrito más mayor que no necesite tanta cantidad de ejercicio diaria. Es habitual querer un cachorro, pero no todo el mundo tiene la paciencia ni tiempo necesarios para dedicarles, así que si este es tu caso, un perro adulto será la mejor opción para tu familia.
Sea como sea, siempre tenemos que dedicar un tiempo previo a reflexionar sobre por qué queremos tener un perro y si es el momento adecuado, para que sea un acto responsable que en ningún caso pueda suponer la salida del animal de nuestras vidas. Desde que llegue a nuestro hogar, hasta que fallezca el animal estará con nosotros, y debemos estar siempre para él, por mucho que nuestra vida cambie.