Pero, como cualquier época del año, tiene sus pros y contras. Seguro que con el aumento de la temperatura de estos días ya has notado que tu cuerpo está más pesado, te cuesta más realizar cualquier tarea, y pasas el día “adormecido”, ¿verdad?
Nuestros animales también sufren los cambios climatológicos, especialmente durante las estaciones del año con temperaturas más extremas, como son el invierno y el verano. ¿Notas algún cambio en tu mejor amigo con la llegada del calor? ¡Te contamos cuáles son los “síntomas” más habituales en nuestros animales, producidos por las altas temperaturas!
Disminución del apetito
“Tengo tanto calor que no me apetece ni comer” “No tengo hambre, me pasaría el día solo bebiendo” Seguro que en algún momento te has sentido identificado con estas frases, y es que no hay duda de que la temperatura ambiental afecta a nuestro apetito.
Con la llegada del verano, nuestro cuerpo deja de necesitar tanta energía para regular su temperatura, así que es normal que el apetito disminuya.
Una de las consultas veterinarias del verano es la falta de ganas de comer de perros y gatos. Normalmente es algo transitorio, cuya causa es simplemente climatológica, pero especialmente en gatos, esa disminución de la ingesta de alimento no puede prolongarse, ya que puede desencadenar enfermedades muy graves como la lipidosis hepática.
Para fomentar el consumo de alimento en esta época, podemos alternar su alimento habitual con comida húmeda. Normalmente esta comida les resulta más palatable, y además les hidrata a la vez, así que es una buena opción para estos días de apetito disminuido complementar su dieta con las latas favoritas de nuestro mejor amigo. Y por supuesto, el agua fresca y limpia no puede faltar en ningún momento.
Sensación de apatía
Es probable que notemos a nuestro perro menos animado, sin ganas de moverse mucho, incluso de salir a pasear. El calor ralentiza nuestra actividad, y movernos significa generar más energía y calor, así que ¡es totalmente entendible que nuestros animales solo quieran estar “tirados”! Para las actividades del verano es mejor esperar a las horas más fresquitas del día, primera hora de la mañana y última de la tarde, y evitar las horas centrales del día, además de ayudarnos de juguetes congelables, que inviten a jugar a nuestro mejor amigo y así seguir estimulando su inteligencia en verano.
Cambios en los hábitos de sueño y descanso
¿Quién no ha pasado una noche en vela por culpa del calor? Las noches de verano pueden hacerse interminables, dando vueltas en la cama, sin conciliar el sueño. Cuando hace mucho calor, el descanso de perros y gatos también se ve alterado. El lugar ideal para echarse la siesta puede ser el suelo de la cocina, una esquina del pasillo, el plato de ducha,… siempre buscarán el rincón más fresquito de la casa.
¿Y te has fijado en que sus posturas corporales también cambian? En invierno lo habitual es verles descansar hechos un ovillito, con el fin de evitar la pérdida de calor. En cambio, en verano se busca todo lo contrario, disipar ese exceso de temperatura, así que nuestros animales dormirán estirados, panza arriba,… cada uno se acomodará a esa postura que le permita descansar mejor y más fresquito.
Si queremos que nuestro amigo descanse en una superficie fresca, en el mercado podemos encontrar mantas y colchonetas refrescantes, que normalmente funcionan con un gel que se activa con el peso del animal, proporcionando frescor durante varias horas. ¡Seguro que lo agradecen!
Empeoramiento de la salud de animales enfermos
Los animales enfermos siempre son los más vulnerables a cualquier tipo de agente externo, y cómo no, la temperatura y otros fenómenos climatológicos se encuentran entre ellos.
Muchos animales mayores o enfermos crónicos tienen recaídas en verano, especialmente aquellos que tienen patologías cardiorrespiratorias. En estos animales lo ideal sería realizar un chequeo antes del verano y del invierno, con el fin de detectar cualquier cambio de salud antes de la llegada de las temperaturas extremas, y además, poder ir tratando aquello que se detecte y previniendo cualquier empeoramiento.
Como ves, los cambios de temperatura tienen su impacto en el bienestar de nuestros animales. Durante esta época es importante fomentar la hidratación y evitar la exposición al sol y el calor de manera prolongada. Seguro que ya sabes las consecuencias fatales que puede tener un golpe de calor para perros y gatos, así que ¡mucho cuidado!
¿Qué cambios has notado en tu mejor amigo con la llegada de las altas temperaturas? ¿Alguno de los que hemos mencionado? ¡Cuéntanos!
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