Dicha Ordenanza fue aprobada en 2014, y establece una prohibición de la suelta de perros en espacios públicos, zonas verdes, jardines y zonas forestales de Barcelona, teniendo que ir siempre atados, salvo en áreas de recreo destinadas a tal fin, siempre que no sean perros peligrosos, que obedezcan las órdenes verbales de quien los lleve y que no escapen de su campo visual.

La Ordenanza no ha entrado en vigor hasta 2018, ya que el consistorio municipal determinó una moratoria por no contar con espacios suficientes para implementar dicho veto. Hecho que, a su entender, ya se cumple con la construcción de 107 áreas recreativas para nuestros mejores amigos.

“El fin de la moratoria supone que los perros de Barcelona, sólo podrán correr y jugar en libertad en pipicanes destinados a tal fin.”

Por otro lado, promueven las zonas de uso compartido en calles, plazas y ramblas, pero nunca en los espacios verdes de la ciudad, incluidos aquellos espacios forestales como el parque del Guinardó, Parque Güell…

La ordenanza ha generado tal debate entre la población, que incluso se han llegado a generar movimientos vecinales, como el de Espai Gos BCN, que han creado una página de Facebook informativa, han impreso folletos y están organizando caminatas reivindicativas semanales para reclamar una ordenanza justa para todos y todas, incluidas las personas con perro, ya que consideran que la ordenanza es discriminatoria.

Los puntos más conflictivos son los siguientes.

• Prohibición de estar con el perro sin atar en cualquier parque, jardín o zona forestal de la ciudad.
• Obligatoriedad de utilizar las áreas para perros, incluso en barrios donde no haya o estén masificadas.
• Prohibición de entrada con perro a parques y jardines calificados como históricos o de interés botánico.
• Guardia urbana específica para vigilar que las personas con perro cumplan estas medidas.

“En Barcelona hay 140.000 perros registrados, y una de cada 4 familias conviven con un perro.”

Según indican desde el movimiento vecinal, su objetivo principal es defender los derechos de las personas con perro en los espacios públicos de Barcelona, y luchar para que Barcelona cuente con áreas suficientes y adecuadas que permitan la correcta socialización y esparcimiento de los perros. Así mismo afirman que:

> Su movimiento no tiene tendencias políticas, sino que mira exclusivamente por el bienestar animal.
> Esta ordenanza afectará a la adopción de animales en la ciudad, ya que dificultan considerablemente el día a día con perro.
> El Ayuntamiento solo destinará el 0,08% de la ciudad a las personas con perro, 107 espacios habilitados, es decir 1400 perros por área de recreo, lo cual es absolutamente insuficiente para una calidad en su tiempo de ocio.
> La gran mayoría de ciudadanos con perro todavía no tienen conocimiento de cómo les va a afectar esta regulación, y ellos están realizando ese trabajo informativo.

Marta Legido, miembro del Colegio de Veterinarios de Barcelona y miembro de la junta de Gobierno, apunta en declaraciones a El País que «es muy difícil determinar si los espacios de la ciudad son suficientes para el bienestar animal”. Indica que para los animales es imprescindible salir a la calle, porque además de hacer sus necesidades, el paseo es su momento de actividad, ocio y socialización, pero argumenta que “un perro puede estar bien aunque siempre salga a pasear atado si su propietario lo hace andar, lo deja oler, explorar y lo hace tanto rato como le conviene”.

Por nuestra parte creemos que es imprescindible velar por el bienestar de los animales, teniendo en cuenta que la generalización legislativa es un riesgo, ya que al igual que sucede con las personas, cada perro tiene su personalidad, sus miedos y su experiencia de vida, y esta ordenanza puede generar una situación de alto estrés para perros que tengan problemas de comportamiento.

Seguro que en muchos hogares hay perros que forman parte de nuestro núcleo familiar tras haber sido adoptados en asociaciones de protección animal. Muchos de ellos habrán pasado por casos de maltrato graves; generándoles miedos, inseguridad y pérdida de confianza, por lo que no se hace nada recomendable forzar la situación de introducirles en áreas de recreo con otras personas y perros desconocidos sin un trabajo previo, pero tampoco podemos arrebatarles la posibilidad de disfrutar de su libertad de correr, pasear y jugar en las zonas verdes de la ciudad, ya que ésto le ayudará a reducir sus niveles de estrés.

Desde VETFORMACIÓN queremos dar visibilidad a los movimientos vecinales, e invitamos a todas las partes a debatir abiertamente y de manera respetuosa sobre esta ordenanza teniendo siempre como premisa el bienestar de los animales y la normalización de una vida dog-friendly en la que podamos disfrutar de nuestro día a día junto a nuestros compañeros de vida de cuatro patas.

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