En general, es recomendable que los gatos vivan acompañados de otros gatos, prestando atención a la relación entre ellos, para detectar rápidamente posibles conflictos, y de ser así, ayudar a nuestros compañeros de vida a solucionarlos. Sin duda, lo que sí es esencial es que durante sus tres primeros meses de vida, los gatitos permanezcan junto a su madre y hermanos, para poder desarrollarse correctamente, tanto física como emocionalmente. Sobre este tema, podéis aprender más en esta entrada antigua del blog.
En esta ocasión, queremos hablaros sobre los grupos sociales que conviven en un mismo hogar, y qué conductas podemos ver en ellos que nos hagan saber que pertenecen al mismo grupo. Si piensas en tus gatos, ¿qué observas que te haga saber que se quieren?
¡Os lo contamos!
¿Cuántos gatos forman un grupo social?
No existe un número concreto para definir un grupo social, de hecho un grupo puede estar formado por un solo gato. En hogares multigato, puede haber tantos grupos sociales como gatos haya, y es que pueden convivir amigablemente entre ellos, pero no formar parte del mismo grupo. Es decir, que en un hogar haya tres gatos, por ejemplo, no implica que todos formen un grupo social, si no que pueden ser tres grupos diferentes.
Siguiendo con el ejemplo de tres gatos que conviven, también puede ocurrir que dos de ellos formen un grupo, y el otro sea otro grupo aparte, o incluso puede haber gatos que pertenezcan a más de un grupo social. Es importante observar a nuestros animales, de tal manera que sepamos la relación entre ellos, y así podamos proporcionar más o menos recursos en casa, para que todos puedan cubrir sus necesidades, es decir, poner más comederos, más puntos de descanso, más areneros,… Si proporcionamos un entorno adecuado, estaremos ayudando a evitar posibles conflictos entre grupos, y mejorando la calidad de vida de nuestros mejores amigos.
¿Cómo puedo saber si mis gatos son del mismo grupo social?
Nuestros gatos realizan una serie de comportamientos, denominados conductas afiliativas, con las que nos muestran que tienen afinidad entre ellos. Sí, ellos también pueden llevarse bien, regular, mal, quererse más o menos,… Y mediante la observación, podemos saber qué relación existe entre dos o más gatos.
En los gatos, estas conductas que nos indican que existe unión entre ellos, son varias:
- Frotan la cara o el cuerpo entre ellos, lo que se conoce como “rubbing” facial o corporal.
- Se acicalan entre ellos, mediante el lamido, lo que se llama allogrooming.
- Entrelazan las colas, o tail wrapping.
- Juegan juntos. En este caso, el juego es equilibrado, sin persecuciones ni situaciones de acoso.
- Duermen o descansan juntos, ya sea en lugares cercanos o en contacto directo.
Si tus gatos realizan alguno de estos comportamientos, sin duda puedes confirmar que tienen una relación afiliativa estrecha. Además, la intensidad del vínculo depende de cuántas de ellas aparezcan en la relación, así como su frecuencia. Por ejemplo, si solo observamos el aseo mutuo, y muy esporádicamente, nos indica que la relación no es tan estrecha como en el caso de otros gatos que siempre duermen juntos, se acicalan a diario, frotan sus caras entre ellos, etc.
Especialmente en hogares con muchos individuos, es importante observar con qué frecuencia se realizan las conductas, y entre quienes se producen dichas conductas, ya que las conductas afiliativas se manifiestan solo hacia los miembros del mismo grupo social, y de esta manera podremos descubrir la relación entre nuestros compañeros felinos.
Si detectas más de un grupo social en casa, proporciona recursos para todos
Seguro que sabes que los gatos son territoriales, de tal manera que si vivimos con varios gatos, y detectamos que hay dos o más grupos diferentes, cada uno tendrá un territorio en nuestro hogar, pero al ser un entorno limitado, no es raro que parte de las zonas de cada uno, se solapen. Para evitar conflictos territoriales, todos los gatos deben tener acceso al alimento, a la eliminación, al descanso, al juego,… Y para ello debemos proporcionar más puntos de cada área. Por ejemplo, dos gatos de diferentes grupos comparten un mismo arenero, y quieren utilizarlo a la vez. Puede que surja conflicto, y que nosotros en un primer momento no lo detectemos, ya que puede haber conflictos “silenciosos”, pero con el tiempo puede fracturarse más la relación, y llegar a conflictos que impliquen peleas, lo que rompe en muchos casos la relación entre los gatos de manera definitiva. Con una solución sencilla, como en este caso, que puedan disponer de otro arenero, se puede ayudar a que la relación se mantenga, sin tener que competir por ese recurso.
Los gatos se comunican entre ellos y con nosotros, por eso si vivimos con ellos, es importante que sepamos entenderles, y si creemos que pueden necesitar ayuda, contactemos lo antes posible con un etólogo felino.
Cuéntanos, ¿tienes varios gatos? ¿Has podido observar alguna de estas conductas entre ellos? ¿Entre todos, o solo entre algunos?
Si eres un amante de los gatos y quieres aprender a entenderles mejor, y así mejorar vuestro vínculo, te animamos a formarte en etología felina. ¡Descubre nuestra formación!
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