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6 motivos por los que un gato puede orinar fuera de su arenero, ¡no lo dejes pasar!

Los gatos son animales limpios, que desde muy pequeñitos acuden a su arenero para orinar y defecar, por lo que si en algún momento de su vida, de repente comenzamos a observar micciones en otros lugares de la casa, como el plato de ducha, la bañera, el fregadero, nuestra cama, etc… debemos preocuparnos y comenzar a investigar cuál puede ser el origen de esa nueva conducta.

Son varios los motivos que originan que un gato no use la arena, algunos de ellos con fácil solución, y otros un poco más complejos, pero igualmente solucionables dedicando tiempo a nuestro amigo gatuno, e invirtiendo en la mejora de su salud física y mental.

¿Quieres saber cuáles son algunas de las causas más comunes de la micción inadecuada en gatos? ¡Te lo contamos!

Problemas relacionados con el arenero

A veces el problema viene derivado simplemente de que el arenero no gusta a nuestro gato. Quizás es demasiado pequeño, está ubicado en un sitio de la casa poco accesible, está cubierto y no le resulta cómodo, llevamos unos días sin limpiarlo y se han acumulado demasiados pises y heces, etc.

Lo que suele indicarnos que el motivo es el arenero, es que generalmente cuando no les gusta algo relacionado con él, orinan o defecan justo a su lado. La intención de utilizar el espacio correcto estaba ahí, pero al llegar y no estar todo como él esperaba, decide hacerlo fuera en un lugar cercano.

Este motivo es el de más fácil solución: tendremos que extremar la higiene, ubicarlo en otro lugar, o incluso cambiar el arenero completamente. En animales mayores en ocasiones ocurre que llega un momento en que, dependiendo de las características de la bandeja, les resulta difícil acceder y después de toda la vida sin problema, comienzan a orinar al lado del recipiente.

Sin duda, la elección del arenero es muy importante y debemos adaptarla al tamaño, edad, o gustos de nuestro gato. Sobre este tema tenéis un post en nuestro blog que podéis consultar.

Cambios en la arena

Los gatos suelen notar cualquier novedad en su día a día, y un cambio del tipo de arena puede que no les resulte agradable y por ello, comiencen a orinar en otro lugar. La arena aglomerante suele gustarles, es fina y bastante limpia, ya que absorbe muy bien la orina y permite retirarla de la bandeja cómodamente sin ensuciar en exceso el resto de la arena que permanece en el arenero. No obstante, otros gatos prefieren otro tipo, y debemos adecuarlo todo siempre a los gustos de nuestro amigo.

Patología de las vías urinarias

Las cistitis e infecciones de orina son patologías dolorosas, que habitualmente son detectadas porque el gato intenta orinar pero le resulta difícil por la molestia. Acude mucho al arenero pero solo consigue orinar unas gotitas, a veces acompañadas de sangre, en cada intento. También puede darnos la voz de alarma observar que comienza a orinarse fuera del arenero, como en superficies blanditas, por ejemplo una almohada o un cojín, lo que el cuidador detecta con facilidad. Sin duda, necesita una rápida actuación a nivel médico, ya que la causa de la patología urinaria puede ser incluso una obstrucción por cálculos, y en ocasiones el manejo es quirúrgico.

Otros problemas de salud

No solo un problema urinario puede suponer que el gato no utilice el arenero. En realidad, cualquier malestar físico puede conducirles a ello, como dolor generalizado o problemas de movilidad. Son animales que intentan ocultar la enfermedad todo lo posible, por lo que es fundamental acudir de inmediato al veterinario para una revisión exhaustiva, y poder ayudar al gato rápidamente para volver a encontrarse mejor.

Una mala experiencia relacionada con el arenero

Puede ocurrir que el gato desarrolle una asociación negativa con su lugar de eliminación. Quizás otro gato de la casa le ha atacado mientras estaba usando el arenero y ya no le resulta seguro, o se ha producido un ruido muy fuerte mientras lo estaba usando, o han llamado al timbre de la puerta,… cualquier situación que no le haya resultado agradable mientras estaba utilizándolo, puede propiciar el evitar su uso. En este caso, podemos moverlo de ubicación, o incluso comprar uno nuevo, y ver si así se soluciona.

Estrés y ansiedad

Debido a esa sensibilidad a cualquier cambio en el entorno, es habitual que los gatos desarrollen procesos de estrés o ansiedad en algún momento de su vida: una mudanza, la llegada de un nuevo miembro al hogar, cambios en nuestras rutinas, problemas de convivencia entre gatos, etc. Y de nuevo, uno de los signos de malestar más frecuente es orinar o defecar en lugares no habituales. Es muy importante entender y ayudar a nuestro gato a salir de ese estado de estrés, y poner los medios para ayudarle durante la habituación tras la mudanza, facilitar la relación con ese otro gato que, por ejemplo, le acosa, o intervenir positivamente sea cual sea el motivo que hace que nuestro gato no se encuentre bien. También es importante saber que el estrés predispone a enfermedad de vías urinarias, y si la situación incómoda se mantiene sin hacer nada por nuestra parte, puede suponer un problema físico real para nuestro amigo, en ocasiones difícil de manejar por el círculo vicioso que se establece entre la patología física y el estado anímico. ¡A la mínima sospecha, al veterinario! Y a la vez te recomendamos que pidas consejo a un etólogo felino para trabajar salud física y mental de manera paralela.

Como ves, son varias las causas que pueden originar una modificación en la conducta de eliminación de nuestros amigos felinos, pero el factor común a todas es que rápidamente debemos ayudar a nuestro gato para que todo vuelva a la normalidad y no alargar situaciones incómodas o dolorosas para él.

Si quieres ampliar tus conocimientos sobre el mundo gatuno, te recomendamos nuestro curso de etología felina profesional. ¡Los gatos necesitan más personas que les entiendan y velen por su bienestar!

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